capitulo 60

3.8K 278 54
                                    

—¿Cómo que te vas? —pregunté algo alterada y sorprendida mientras trato de vestirme.

—Emily, necesito solucionar todo para que podamos alejarnos del cartel —dijo Dean con algo de pena mientras cierra su bolso.

—¿Te das cuenta de que, literalmente, en cualquier momento puedo dar a luz? —ahora si sueno alterada—. Dean, no te puedes ir, no ahora.

—Cariño —agarró mi rostro con sus manos—. Sé que en cualquier momento nacerán los bebés, lo tengo en mi mente desde hace mucho tiempo, pero si no lo hago ahora hay altas probabilidades de que no acepten que me salga de este mundo y de verdad quiero acabar con esto rapido.

—¿Por qué?

—Porque tengo que complacer a los jefes y la única forma es haciendo una ultima entrega.

—Dean, esto no me está gustando ¿Y si te sucede algo?

—No pasará nada cariño —me sonrió y me dio un beso—. Solo serán dos días, dudo que en dos días los bebes decidan nacer.

Y casi como si hubiera llamado a la mala suerte comienzo trabajo de parto la noche después de que Dean se va, me despierto sudando, con mucho dolor y mis sabanas están completamente mojadas, para empeorar la situación mi suegra se había ido hacia unas horas y solo Yane está en la casa para cuidar a los niños, yo no estoy en condiciones para conducir por lo que tenemos que llamar a una ambulancia, mientras estoy en la habitación con cinco centímetros de dilatación veo a la señora Aura caminar de un lado al otro con desesperación, ni Dean, ni su esposo contestan el teléfono.

—¡¿Dónde diablos están esos estúpidos?! —gritó ella con frustración mientras marca de nuevo a su telefono.

—!Le advertí que...!

Una muy fuerte contracción me impide seguir hablando y un estruendoso grito sale de mi garganta.

—¡Tranquila! ¡Lo contactaré como sea!

—¡Voy a matarlo! —mascullé mientras agarro con fuerza el tubo de la cama.

—¡No si yo lo mato primero!

El doctor aparece con una carpeta en sus manos y revisa la maquina que está a mi lado.

—Bien señora Harris —me miró—. Debido a la ultima complicación de su embarazo y para no correr riesgos la someteremos a una cesárea.

—¿Cuándo? —preguntó la señora Aura.

—Lo más conveniente es ya, sus contracciones son cada cinco minutos y aunque no ha dilatado lo suficiente los bebés ya están listos.

—Doctor —hablé con fuerza—. estos bebes no saldrán hasta que el idiota que tengo como esposo decida aparecer.

—Señora Harris, eso no será bueno para los bebés ¿Ya lograron contactarlo?

—No...

—Entonces le doy media hora, si en media hora no aparece ya no podré esperar más.

—¡Dean Harris Smith! —gritó la señora Aura—, ¿Dónde diablos estás? —silencio—, ¡Pues te informo que tus bebés van a nacer en media hora! Y ¿Qué crees? ¡Te lo perderás! —silencio—. ¡Entonces más te vale que te des prisa! —colgó—. Que está entrando a la ciudad que llega en quince minutos.

—¡Le doy diez! —grité exasperada.

Efectivamente, diez minutos después él aparece, sucio, su cabello desordenado y sudado.

—¡Te lo advertí! —le grité antes de recibirle el beso.

—Lo sé, cariño, lo sé.

—Voy a llamar al doctor —dijo la señora Aura corriendo hasta la puerta.

Enlazados hasta el finWhere stories live. Discover now