capitulo 30

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El señor Adrian hace a Albert a un lado colocándolo junto a Jack el cual sigue desmayado, dos hombres traen a mi madre atada a una silla y la colocan en el centro del lugar, en ese momento yo entro y la miro.

—Hola, señora Bunt –dije entrecerrando la puerta.

—¡Emily por favor perdóname! ¡Sácame de acá, te prometo que no te haré daño! —gritó la mujer desesperada—. ¡Soy tu madre!

—Me sorprende lo parecida que es a Meredith, señora Bunt —dije sentándome frente a ella —así mismo me rogó una vez cuando la metí a la cárcel...

—¡Perra maldita! ¡Era tu hermana!

—Ella ya no era mi hermana, y tu ahora ya no eres mi madre.

—¿Qué vas a hacerme? —me preguntó nerviosa.

—¿Yo? Nada, pero hay una persona muy importante en mi vida que me considera como su hija y esta muy molesta con usted... y es algo sádica.

En ese momento entra la señora Aura con unas cadenas.

—¿Quién es usted? —preguntó mi madre mirándola con los ojos abiertos.

—Soy la mamá del esposo de Emily —dijo ella colocandose a mi lado—. Lamento no invitarla a las parrilladas familiares, pero he escuchado cosas muy malas de usted.

—¡Aléjese de mí! —gritó mi madre—. ¡No me haga daño! ¡Yo solo fui usada! ¡No planeé nada de esto!

—Créame señora Bunt que eso en este momento no importa en lo mas mínimo —dijo mi suegra colocando las cadenas en su cuello—. Verá, Emily una vez me comentó que usted la amarró a un arbol de su jardin con una cadena por todo un dia solo porque golpeo a su hermana ¿Es cierto?

Mi madre me mira, mira a todos lados y después vuelve a mirar a la señora Aura.

—Se lo merecía—dijo con lagrimas en sus ojos—. Usted cree que Emily es buena persona pero no es así, solo envidia la vida de los demás y lucha por hacer quedar a todos mal.

—Eso parece mas una descripcion suya que de ella —dijo la mujer cerrando las cadenas con un pesado candado—. Le hizo daño a una niña inocente y eso no te lo perdonaré.

—¡Estás loca! —gritó mi madre sin aliento.

—Dios la bendijo con dos hijas, debió agradecer eso —dijo la mujer colgando otro candado en la cadena.

Mi madre no responde.

—Cada día voy a venir a colocarle más y más candados —dijo mi suegra—. Hasta que ya no salga una sola bocanada de aire de sus pulmones.

La mujer solo nos mira con sus ojos llenos de lagrimas y cuando nos vamos no puedo evitar sentirme un poco mal, si bien mi madre habia sido cruel conmigo y me habia metido en ese problema ella no tenia idea de lo que estaba haciendo en realidad, trajeron a Mariana y ahora me toca a mí, cuando la colocan en el centro del lugar ella mira a todos lados con rostro preocupado, yo entro después y me siento frente a ella.

—¿No vas a decir nada? —preguntó ella impaciente.

—Tengo tantas cosas que decirte, pero no logro organizar mis ideas —dije sacando un revolver de mi espalda—. Hay muchas cosas por las que quiero matarte, créeme, pero no puedo matarte aún.

—Emily, sobre tu hija te juro que no era mi intención —dijo ella con pavor en su voz—. Eso nunca debió pasar.

—Pero sucedió —dije metiendo una bala en el revólver—. Ahora mi hija esta muerta y tu no sabes lo horrible que es ver a un hijo morir frente a ti.

—Tienes razón, no lo sé, pero tienes que aceptar que también fue tu culpa —dijo ella moviéndose nerviosa en la silla—. Nunca debiste correr, debiste dejar que ella te abrazara.

—Ella no iba hacía mí —dije colocándome de pie y mirándola—. ella iba hacia Dean.

—¿Co—cómo lo sabes? —preguntó mirándome con los ojos abiertos.

—Porque ella solo se sentia segura con Dean, nunca penso en correr hacia mi —dije haciendo a un lado la silla—. Me quitaste una parte de mí y quebraste a mi familia en dos ¿Y todo para qué? ¿Para quedarte con Dean? yo te lo dije Mariana, Dean nunca estaría contigo, aún cuando perdió la memoria...

—¿Qué te hace pensar que no estuvo conmigo cuando perdió la memoria? —preguntó ella con una sonrisa.

—Porque supe de esos rumores —dije apuntándole en la cabeza haciendo que su sonrisa desapareciera—. Crees que no me enteré de su pequeño problema...

—¿Qué le hiciste para que se obsesionara tanto contigo? —preguntó mirándome con los ojos abiertos—. ¿Qué le haces a los hombres para que se obsesionen contigo? Marco, John, tu esposo e incluso Jack.

—Jack es un puerco —dije colocando el revólver en su frente—. Al igual que Marco...

—P—por favor Emily no me mates —me suplicó ella con lágrimas en sus ojos—. Yo me alejaré, te lo prometo que me alejaré y ni tu ni Dean volverán a saber de mí.

—Te dije que no puedo matarte aún, solo te haré sufrir un poco.

—Haces todo esto porque tienes miedo —dijo ella moviéndose de un lado al otro—. Tienes miedo a aceptar que Dean ya no te ve igual a como te veía hace ocho años, tienes miedo a que yo te lo quite.

—¿En serio crees que eres competencia para mí? —pregunté mirándola con una ceja levanta—. Por favor no seas tonta, eso no sucederá.

Aprieto el gatillo pero no sale la bala, ella grita completamente en panico.

—¡¿Qué sucedió?! —preguntó aterrada.

—¿Sabes cual es el juego de la ruleta rusa? —pregunté colocándome detras de ella—, fue uno de los primeros juegos que me enseñó Dean despues de casarnos, siempre fue mi favorito sobretodo en las peliculas, esa tension que crean me fascina —coloqué la pistola en su espalda—, nunca sabes cuando saldrá la bala —y volvi a jalar el gatillo haciendola brincar y gritar, la bala no salió—. Mi esposo prefiere ser mas práctico pero yo... siempre he sido fan de las cosas a la antigua.

—¡Por favor basta! —gritó ella asustada.

—No quiero —dije colocándome frente a ella y colocando la punta del revolver en su pecho—. Dispararé una ultima vez, si por suerte no sale la bala volveré mañana, y si tampoco sale volveré pasado mañana y asi hasta que salga y te traspase la piel.

—¡Por favor no! —gritó ella viendome con los ojos llenos de lagrimas—. Por favor no me tortures.

Me inclino hacia adelante para quedar frente a frente.

—¿Recuerdas que te dije que podía noquearte con un solo golpe? —pregunté con una sonrisa y ella asintió.

Choco mi puño contra su nariz e inmediatamente queda desmayada, los hombres de seguridad entran y la sacan para colocarla en un cuarto de seguridad, me dirigí al cuarto donde están todos y cuando abro la puerta me encuentro con la señora Aura completamente furiosa gritándole a todos.

—¿Qué sucede? —pregunté después de cerrar la puerta.

—¡Tú! !¿Por qué no me dijiste nada del divorcio?! —preguntó la señora Aura acercándose a mí—. Cuando hablamos frente al lago ¿Por qué no me lo dijiste?

—Porque sabía que haría un escandalo como este —dije tratando de calmarla—. Sabia que se alteraría y sinceramente tampoco quería hablar del tema en ese momento ni ahora.

—¡Debiste decírmelo!

—No señora Aura, no debí, porque es un problema mío y de mi esposo, no suyo ni del señor Adrian.

La mujer me mira y despues mira a Dean, suelta un suspiro y camina hacia su esposo.

—Los entiendo en esa parte pero entiendan también que esto es dificil para mí porque estoy acostumbrada a tener el control, lo siento mucho pero en serio ustedes dos me preocupan.

—Mamá —Dean se colocó de pie—, todo estará bien —me abrazó—. Todo esta bien ¿Vale?

Enlazados hasta el finWhere stories live. Discover now