capitulo 17

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En la mañana soy levantada por los besos de Dean, ni siquiera ha salido el sol y él ya me está despertando.

—¿Qué? —pregunté estirándome para quedar de frente.

—Ayer no te hice el amor —dijo colocándose sobre mi.

—Estabas muy cansado —solté una risita cuando él comenzó a darme besos en el cuello.

—Pero ya tengo energías —dijo pasando su mano por mi pierna hasta llegar al borde de mi pijama.

Dean tira de mi cuerpo para colocarme sobre él, coloco mis manos sobre su pecho y él coloca sus manos en mis muslos, después de un rato de besos su erección es muy evidente.

—Agarra el edredón —me pidió separando sus labios de los míos por un momento.

Suelto su pecho y agarro el edredón para después cubrirnos, Dean se coloca de pie y camina hacia el balcón.

—¿Qué haces? —pregunté viendo como abre la puerta de vidrio corrediza.

—Quiero ver el amanecer de manera distinta —dijo sentándose sobre el pequeño sofá que está en el balcón.

Me acomodo sobre su cuerpo mientras él baja su ropa interior y puedo sentir como su cuerpo se eriza por el frío, Dean mete sus manos debajo de mi pijama y agarra mi ropa interior por los bordes para bajarla de un tirón quedando atorada en mis rodillas.

El frío de la mañana es horrible, siento mis dedos entumecidos al igual que mis pies, mis pezones están duros y mis pechos erizados, me levanto un momento y hago a un lado mi ropa interior y me vuelvo a sentar sobre él, Dean acomoda su miembro en mi entrada y lentamente desliza hacia abajo mis caderas hasta cubrir por completo su miembro, comienzo a saltar sobre él y sus manos aferran sobre mis caderas y mis nalgas, nuestros labios no se separan ni un minuto y mis manos nunca abandonan su cuello, cuando siento que el orgasmo está cerca suelto la boca de Dean y arrojo mi cabeza hacia atrás, en ese momento el primer rayo de sol de la mañana baña mi cuerpo y yo suelto el edredón, mis pechos se asoman sobre mi pijama y las manos de Dean no dejan de tocarlos, cuando el orgasmo llega al fin tengo que taparme la boca para no gritar, a Dean solo le bastaron tres embestidas más después de mi orgasmo para venirse dentro de mí, tomo el edredón y nos cubro, a pesar del calor que sentimos en el interior de nuestros cuerpos nuestras pieles están heladas, Dean no me suelta, se coloca de pie y yo lo abrazo para cubrirlo bien con el edredón, me lleva hasta la baranda del balcón y sale de mi interior para apoyarme sobre esta.

—Te amo —dijo apretándose a mi cuerpo—. Ahora si, buenos días cariño.

—Buenos días, mi esposo —dije dándole un beso.

—Amo despertar contigo así —acomoda mi desordenado cabello detrás de mi oreja.

—Y yo amo que me despiertes así —lo atraigo más a mí.

Nos volvemos a besar, amo esto, amo que fuéramos tan espontáneos, que convirtamos cualquier momento en algo mágico, entramos a la casa cuando el frío se vuelve insoportable y después de una ducha caliente él va a despertar a Eli y yo a ver cómo esta Ethan.

El pequeño aún sigue profundamente dormido aunque se que despertará en cualquier momento, escucho los pesados pasos de Elizabeth y Dean corriendo por todo el pasillo y eso provoca que el bebé se despierte.

—Ven mi pequeño —lo levanto de la cuna para calmar su llanto y comienzo a arrullarlo.

Cuando se calma bajo con él a la cocina en donde ya Yane tiene toda nuestra comida lista.

—La señora Harris me dijo lo que le gusta a cada uno —dijo con una sonrisa.

la mañana fue tranquila y relajante hasta que llego la tarde, Dean se había ido y Yane se encuentra en el jardín jugando con Elizabeth, yo por mi parte estoy tratando de que Ethan duerma su siesta de la tarde cuando Irina aparece con su bebé, se ve triste y sus ojos están hinchados.

Enlazados hasta el finWhere stories live. Discover now