Capitulo 20

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—Estas loco —dije tratando de alejar mi rostro del suyo.

—Desátenle el pie —ordenó Jack colocando su boca cerca de mi oreja.

Siento como la cuerda se afloja y cuando la sueltan me siento mejor al poder mover el pie, pero el gusto me dura poco cuando siento el pesado grillete en mi pie, gemí de dolor ya que está un poco apretado y el peso del hierro es molesto.

—Delicioso gemido...

—Maldito asqueroso —mascullé sacudiendo mi cabeza para alejarlo de mi rostro.

Los hombres me sueltan una mano y yo me encargaré de soltar el resto, en el momento en que se van yo comienzo a desatar las cuerdas, mis uñas se destrozaron y mis dedos me duelen cuando por fin pude desatarme, tengo hambre y estoy totalmente exhausta, me recuesto sobre el suelo y coloco mi cabeza sobre mi brazo, cierro mis ojos y trato de dormir un poco.

Mucho ruido, hay mucho ruido, abro los ojos y veo qué hay varias personas en el lugar pero quien se asoma a la luz es mi madre.

—Me encanta verte así —dijo arrojándole agua provocando que me levantara de golpe—. Así nos despertaban en la cárcel.

—Que bien —dije tratando de sentarme—. Ya necesitaba un baño.

—Que graciosa —musitó ella molesta.

—¿Por qué diablos haces esto? —pregunté mirándola.

–Venganza —respondió mirándome fijamente.

—Si quieres la casa entonces es tuya, tómala, te la devuelvo —dije tratando de llegar a un acuerdo con ella.

—Esa asquerosa casa no me interesa para nada —dijo ella bandeando su cabello hacia atrás—. Yo solo quiero vengar la muerte de mi hija.

—¿Asesinando a la otra?

—Si —respondió con una sonrisa.

—Nunca entendí porque tanto amor con Meredith, físicamente éramos idénticas.

—Tú no eres Meredith —dijo agarrando mi cabello para levantarme la cabeza—. Nunca serás como ella y nunca te voy a perdonar que la hayas asesinado.

—Yo no fui la única que le disparé, señora Bunt.

—No, pero por ti sucedió todo eso.

Suelta mi cabello con fuerza y esta a punto de golpearme con el bate cuando escuchamos gritos, son los gritos de Mariana y de Jack, escuchamos muchos murmullos y muchos pasos.

—¡¿Por qué lo hiciste?! —grita Mariana como loca.

—Para que aprendas a hacer caso —dijo Jack con furia.

Entraron a la pequeña habitación y alcanzo a visualizar que traen a alguien cargando, cuando lo arrojan y le da la luz veo el rostro de Dean golpeado e inconsciente.

—¡¿Qué le hicieron?! —pregunté acercándome a él desesperadamente—. ¡Dean! ¡Dean despierta! —grité frustrada.

—Cúlpala a ella —dijo Jack señalando a Mariana—. Anduvo como si nada por todos lados con tu anillo en su dedo y el tonto de tu esposo se dio cuenta.

—No es tan tonto si se dio cuenta que me tenían secuestrada —dije tratando de limpiar mis lagrimas.

—¡No lo toques! —me gritó Mariana tratando de alejarme de él pero Jack se lo impidió.

—Tú eres la que no lo va a tocar —le espetó agarrándola con fuerza por el brazo—. Por tu culpa todo se arruinó y tendremos que planear algo nuevo.

Enlazados hasta el finWhere stories live. Discover now