🌹Capítulo III | La Vigilante🌹

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"Cada aliento que tomes,
cada movimiento que hagas,
cada atadura que rompas, cada paso que des,
te estaré vigilando".

The Police - Every Breath You Take

Mathías se levantó con toda la actitud al día siguiente

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Mathías se levantó con toda la actitud al día siguiente. Su apasionante tarde con Dante lo hizo tener ciertos sueños húmedos que se guardó para él, ya que recordarlos haría que la incomodidad entre las piernas volviera.

Sacó un cambio de ropa y se duchó, pero ducharse inclusive era difícil. Su mente procedió a recordarle aquella tarde y obligarlo a no olvidarlo. Se mordió el labio, queriendo no caer en tentaciones. Salió del baño ya vestido, reprendiendo a su subconsciente por tratar de jugarle una mala broma.

Se reunió con sus padres, quienes se encontraba ya desayunando y viendo el noticiero de las mañanas.

— Buenos días — dijo él con la mochila ya en la espalda y de salida—. Ya me voy.

— ¿No vas a desayunar? —le dijo su mamá.

— No. Desayuno en la escuela. Los veo al rato.

— Está bien. Ve con cuidado.

— Claro, mamá.

Iba de camino a la escuela, escuchando música desde el walkman, pero hizo una parada en el antigua trabajo de Dante para desayunar. Ingresó al establecimiento con los audífonos puestos, ganándose las miradas de Anya y Bianca, en especial de Anya.

— Oye, ¿Ya viste al chico que acaba de entrar? —le dijo Bianca a Anya—. Es la primera vez que lo veo, ¿Se habrá mudado?

Anya no le respondió, es más, la ignoró. Ella ya había visto a Mathías cuando, en aquella ocasión, venía acompañado de Dante y se lo presentó como su amigo que acababa de mudarse, y conocer. Le tenía cierta desconfianza porque no sabía que intenciones tendría con Dante o que quería obtener de él. Lo vigilaría durante su estancia en el lugar.

Fue atendido por el único mesero hombre de la cafetería. Se quitó los audífonos y ordenó un desayuno que, a simple oído, parecía comida y que debido a su complexión parecía que ni se lo iba a acabar.

Anya observaba atenta los movimientos de Mathías, como si fuera alguien de quien cuidarse. Bianca extrañada por el comportamiento de su amiga le dio un leve codazo para sacarla de sus pensamientos.

— ¿Qué haces? Vas a espantar a los clientes si los sigues vigilando.

— No estoy vigilando a los clientes. Solo a ese chico en especial —señaló a Mathías.

— ¿Por qué? ¿Acaso lo conoces?

— Una vez vino aquí con Dante. Fue la única ocasión que vino y me causa algo de intriga de donde proviene.

Mathías & Dante [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora