Mathías & Dante [COMPLETA]

🌹Capítulo II | Alguien que me Ama🌹

"¡Oh! Quiero bailar con alguien.
Quiero sentir el calor con alguien.
¡Sí! Quiero bailar con alguien.
Con alguien que me ama".

Whitney Houston - I Wanna Dance With Somebody

— Oye Dante, ¿Ya saliste del trabajo?                    

— Desde hace un rato. Tengo toda la tarde libre.

— Qué bien porque me gustaría preguntarte su tú... bueno... si nosotros... tengo dos boletos para una función en el cine que empieza en unos minutos... ¿Quisieras ir conmigo?

— Me encantaría. Adoro tus invitaciones. Nunca te negaría una, ¡Vamos para allá!

Habían retomado su búsqueda de aventura, luego de su breve momento de pareja. Ahora se dirigían al único cine de la ciudad cuya fachada lo hacía parecer un cine de antaño, más viejo que el más viejo del lugar. Cuentan que tuvo sus años de gloria y que proyectó las mejores cintas que se habían estrenado, hoy solo era el recuerdo de aquellos años.

Su dueña, una dulce anciana millonaria y enviudada, hacía todo lo posible para que su cine continuara vigente, pero debido a edad ya le era imposible. Aunque si tenía gente que le ayudaba, parecía que a la gente simplemente no le interesaba.

La pareja arribó al establecimiento con sus pósteres luminosos, la taquilla en el centro y sus dos accesos a los lados. Se aproximaron a la taquilla donde había un chico como de 24-25 años, con cara de aburrido y deseoso de irse a su casa.

— ¿En qué puedo ayudarles?

— Tengo dos entradas para una función que empieza dentro de 5 minutos —le tendió los boletos.

— Claro —tomó los boletos y los partió de la zona punteada—. Adelante. Es al fondo a la derecha.

— Gracias.

Ingresaron y se cooperaron, entre los dos, para comprarse unas palomitas grandes.  Fueron a la sala que el chico les indicó y esta misma se encontraba vacía, con todas las butacas disponibles por supuesto. Mathías eligió un lugar que no estuviera tan abajo ni tan arriba, si no centrado y que se viera bien en la pantalla.

— Aquí está bien, ¿O tú qué opinas, Dan?

— N-No, digo, sí. Está bien.

— ¿Seguro? Porque si quieres en otro lugar por mí está bien. Donde te sientas más cómodo. Total, tenemos la sala entera para nosotros nada más.

— Aquí está perfecto.

Mathías se quitó la mochila que colocó a un lado, donde no le estorbara. Tomaron asiento y Dante, quien traía las palomitas, se las acomodó de forma que ambos pudieran agarrar. Apagaron las luces y rodaron la cinta. En cuanto se oscureció, Dante apoyó su cabeza en el hombro de Mathías y entrelazaron sus manos.