Capítulo 11

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El lunes llegó, y con el también el primer recreo. Las chicas bajaron al patio y se posicionaron donde se veía a los chicos de quinto año.

—Les digo que ese chico DulcedeLeche me re gusta— dijo Jessica suspirando—. No saben que lindo como piensa y reflexiona las cosas.

—Me parece que te estamos perdiendo —dijo Amparo que conocía muy bien a su amiga—. Yo igual sigo pensando que son raras todas las cosas en las que coincide con Gonzalo.

—Ay Ampi basta, ya te dije que son re distintos. Aparte es aburrido hablar con Gonzalo a veces.

—No seas mala con el chico que parece un encanto —dijo Paola dirigiendo su vista al patio, buscando a Iván.

Decidió no decirle nada a su amiga, pero la emoción que sentía por la información que había conseguido la tenía a la espera del gran momento en el que Iván se acercara a hablarle a Amparo.

—Perdón Jess, pero a mi lo que me parece es que te aburre porque sabes quien es— se sinceró por demás Amparo— ¿Pudiste hablar con Joaquín? Le podríamos comprar las entradas a él— cambió repentinamente de tema sabiendo que había metido la pata.

A Jessica lo que le dijo su amiga la enfadó, pero se tragó sus comentarios y decidió evitar el tema para no pelearse. Consideraba que Gonzalo era aburrido y punto, si, era un buen chico, pero eso no la obligaba a tener que hablar con él o darle alguna oportunidad. Jamás admitiría, si quiera a ella misma, que Gonzalo había dejado de interesarle de entrada cuando se dio cuenta que era más bajo que ella y que su nariz era bastante grande.

—Sí, hablamos un poco el otro día. Hoy le puedo escribir para pedirle que nos vendan entradas.

—Me parece malísimo tener que hacer el Bingo de a dos cursos—suspiró Paola—. Yo llegó a tener que hacerlo con el D y me mato.

—Supongo que se puede elegir con que curso hacerlo—sugirió Amparo dudando un poco de su respuesta.

—¡Hola chicas! — saludó un entusiasmado, pero notablemente nervioso Iván.

Paola quiso gritar de la emoción por que por fin estaba pasando y Jessica se limitó a observarlo y hacer una media sonrisa. Amparo que desbordaba de alegría y emoción no dudó en saludarlo.

—¡Hola Pachi! — dijo como sí lo conociese de toda la vida.

Ese era un apodo que solo usaban sus amigos, lo que hizo que Iván se sintiera super importante en ese momento. La cálida y genuina sonrisa de Amparo hizo que la del chico se hiciera aún más grande.

—Quería saber si les interesa comprar entrada para el Bingo. Trae tres cartones para las jugadas especiales y sale cien pesos.

—No gracias, ya compramos las nuestras —contestó Jessica notablemente irritada por todo el brillo de aquella situación y las, según ella, estúpidas sonrisas.

Pachi torció un poco la sonrisa y sus ojos se apagaron un poco. Allí se iba su oportunidad de tener que volver a entablar con Amparo conversación obligadamente. Amparo no podía creer que su amiga fuese tan mala, sabiendo que él le gustaba. Consideró que quizás aquello había sido producto del enojo de Jessica por lo mencionado sobre Gonzalo. Pachi se estaba dando la media vuelta cuando Amparo decidió hablar.

—Pachi, espera. Yo si te voy a comprar, lo mejor es que le compremos a chicos diferentes para ayudarlos a todos—dijo de manera sincera—. Igual ¿Vos no estabas en quinto?

—Gracias Ampi, que genia —dijo mientras su sonrisa se volvía radiante otra vez— Estoy ayudando a un amigo.

—Que dulce. Quiero alguna con el número 12, es mi número de la suerte. Con él gané el premio gordo el año pasado.

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