-Lo anotaré a la lista. -vi a Natalia moverse en el sofá. Suspiré con la mujer que tengo al frente -¿Y solo eso?

-¿Me estás corriendo? Está bien ingrata. No me llames, yo te llamo. -y cortó, haciéndome reír.

El clima se quedó extraño después que terminé la llamada, por primera vez sentí como si no conociera a Natalia y éramos dos extrañas viviendo en una misma casa. Limpié mi garganta, ella levantó la mirada, recorriendo mi rostro. Por un segundo me sentí desnuda frente a ella, quería descifrar su mirada, saber exactamente en qué estaba pensando. O qué estaba sintiendo.

El tiempo se mantuvo feo, sin embargo la lluvia comenzó a caer después del almuerzo. Tomé una taza de café caliente entre mis manos y me recosté al marco de la ventana para ver la lluvia.

-Es impresionante, no crees? -la voz de Natalia me hizo enderezar mi cuerpo -La forma como el agua cae, regando las flores, nos muestra lo pequeños que somos a la par del mundo. -asentí, bebiendo un poco de mi bebida.

Un relámpago cortó el cielo, automáticamente me alejé de la ventana, acurrucándome levemente en Natalia, mientras esperaba que el sonido alto invadiera mis oídos.

Noté su mano prendida sobre mi cintura, la sujeté, entrelazando sus dedos a los míos y recostándome más a su cuerpo.

-¿Miedo a los sonidos fuertes?

-Pavor. Normalmente cuando estoy sola me cubro bajo las cobijas.

-¿Cuándo estás sola?

-Siempre.

-¿Novios? -me volví para verla.

-Nada serio. -me encogí de hombros, dando el asunto por terminado.

-¿Y tu familia? ¿Cuántas veces los ves al año?

-Pocas. -suspiré -Extraño toda aquella alegría, el ambiente acogedor.

-¿Y María, Julia y Alex? -se cruzo de brazos.

-Ellos me llaman a veces, pero somos adultos ahora, cada uno está siguiendo su vida.

-Alba, ¿estás viviendo sola? -arqueó una ceja, pasé por ella y dejé mi taza sobre la mesa del centro.

-Si.

-Antes de venir dejaste algún... -limpió su garganta -...cuento por allá?

-No.

-¿Y era mi hermana quien llamó antes? -señaló mi celular.

-Eh? No. Era Julián. -ella me lanzó una mirada sugestiva -Mi productor. -y nada que disminuía la mirada -Homosexual.

Terminé porque no era capaz de ver aquellos ojos. Quería decirle que nunca hubo nadie, que ninguno tuvo la capacidad de ni siquiera llegar más cerca del corazón. Pero no podía, había algo que me lo impedía, como si dijera más de lo que ella quería saber y eso me hiciera quedar como una desesperada. Si hubiese sido en otra época, otro año, tal vez hubiera podido ser más sincera.

*POV Natalia

Débil. Es exactamente esa la palabra que me describe. No puedo más ver a Alba sin tocarla, desde su perfume hasta la forma como mueve los labios me deja en las nubes.

Me puse de pie y me fui callada, subí las escaleras de dos en dos para llegar lo más rápido a la habitación, en donde me senté en la esquina de la cama y pasé las manos en mi cabello. Hace un tiempo creía que Alba no tenía cómo volverse más hermosa y ahora que la veo después de tantos años sé que me engañé. Enfoqué mi mirada en la puerta cuando luego escuché golpes en la misma.

The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now