Especial 5: Sentimientos que se quedan

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Harry vio con horror como Tracey victoreaba al tener la snitch en su mano, observando cómo los demás celebraban. En su primer partido como capitán, él había fallado.

Harry vio como Lilith pasaba a toda velocidad cerca de él, mientras se estrellaba contra la cabaña del comentarista. Harry bajo al igual que el resto de su equipo y el equipo de Slytherin escuchando las risas y gritos de los demás.

Harry vio como Smith había quedado sepultado bajo restos de madera, haciéndolo morder los labios. Había sido gracioso, pero no podía permitirse reír ahora que acababa de perder un partido.

- ¡Hicieron trampa!—había gritado Ron—seguramente bebieron Felix Felicis...

Harry sintió su rostro ponerse colorado y caliente ante la acusación de Ron, algo que era algo hipócrita teniendo en cuenta que lo había engañado para hacerle creer que había bebido él un poco de Félix Felicis.

- ¡Eso es una acusación grave, Weasley!—habló la profesora McGonagall

- ¡Malfoy ganó la poción durante las clases!—exclamó Ron—¿Cómo más pudo Davis ganarle a Harry?

Harry deseaba esconderse, pero por otro lado, ¿y si Malfoy realmente había usado Félix Felicis? Eso había sido trampa, y eso demostraría que un Malfoy nunca es de fiar.

El silencio reino por un momento... hasta que Harry vio como el cabello de Lilith Malfoy se volvía rojo y comenzaba a aparecer fuego en él. Harry no podía creerlo e incluso se quedó sorprendido. ¿Cómo había pasado eso? Los ojos de Lilith tampoco eran de color mercurio, sino que ahora eran de un color rojo carmesí que prometían dolor y sangre.

Harry vio como la chica comenzaba a gritar en francés, pero supuso que estaba insultando a Ron. Zabini había sujetado a Malfoy por la cintura mientras ella gruñía.

Ante las palabras de Zabini, que buscaban calmarla, parecía que alguien había lanzado una cubeta de agua sobre Malfoy, su cabello se volvió negro cual carbón y sus ojos eran azules oscuros.

- Entonces, que mi jefe de casa me acompañe a la sala común así le llevaremos la botella de Felix Felicis—habló Lilii—pero esta acusación no puede quedarse asi... pido un castigo para Weasley por su poco espíritu deportivo...

- Así será, señorita Malfoy—aseguró la profesora McGonagall

Harry vio como Snape y Malfoy se iban de aquel lugar.

- Y ustedes tendrán que acompañarme, señorita David, también acompáñeme—pidió la profesora McGonagall

- ¿Por qué tiene que ir Tracey, profesora McGonagall?—preguntó Zabini frunciendo el ceño

- Por la acusación del señor Weasley—respondió la profesora—espero que comprenda

- ... Bien—gruñó Zabini dando una mirada a Harry y Ron

Harry, Ron y Tracey acompañaron a la profesora McGonagall a su oficina, mientras esperaban que Snape y Lilith llegaran. Habían pasado unos pocos minutos cuando ambos habían llegado, Harry notó de inmediato la furia que Malfoy tenía en su rostro, pero esa furia cambió al instante por una expresión pacífica cuando vio a Davis y la abrazó.

La Hija de los MalfoyWhere stories live. Discover now