Capítulo 7

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—Quiero irme —le digo a Helena, con la voz débil y temblorosa.

Al escucharme, me mira con el entrecejo hundido y como si yo estuviese loca.

—¿Tan pronto?

Su voz ronca y arrastrada solo me confirma que no está en sus cinco sentidos, que se le ha subido el alcohol a la cabeza y que está más borracha de lo que sus movimientos aparentan.

Ruedo los ojos.

—Más bien, parece que yo te llevaré al apartamento —espeto.

Mi vista barre todo el lugar, aún atestado de adultos jóvenes disfrutando el ambiente, buscando a Colton, a Dan..., o a quien sea que me ayude a cargar a Helena para subirla al Uber que voy a pedir, porque por estar yo también alcoholizada no podré conducir hasta el apartamento. Sería muy irresponsable de mi parte.

Por suerte —y como caído del cielo— Colton aparece en mi campo de visión, a escasos metros de distancia, de espaldas a mí. Así que, sin más, hago mi camino hasta él.

A medida que me abro paso entre el mar de personas, de vez en cuando, me tambaleo; y realmente no sé si es porque hasta ahora el alcohol ha comenzado a hacer mella en mí una vez más —ese que se sentía ajeno en mi sistema cuando estaba con Blake en el baño—, o porque soy empujada por los cuerpos de los demás. Quizás sea ambos.

En cuanto llego hasta Colton, tiro de la tela de su camiseta para llamar su atención.

Entonces se gira sobre sus talones para encararme.

Justo en el momento en que se gira sobre su eje para posar su mirada en mí, veo cómo se lleva a los labios un shot que se toma de golpe.

—Colton...

—¿Salió todo bien? —me pregunta, interrumpiéndome.

Sé a qué se refiere.

No se necesita ser un genio para saber que me acaba de preguntar cómo salió todo el bendito show que iba a montar para humillar a Xhad. Así que no puedo evitar rodar los ojos al cielo en cuanto esboza una sonrisa, pensando —quizás— que todo salió de maravilla.

—Se fue todo a la mierda —suelto, frustrada. Colton frunce las cejas, y en el momento que veo como abre la boca para decir algo, agrego rápidamente—: Pero no estoy aquí para hablar de eso. Quiero pedirte que me ayudes con algo.

A pesar de que su gesto se contrae en una mueca de confusión, y que puedo sentir sus ganas de querer preguntar qué carajos pasó y de indagar en el tema, se limita a decir:

—Te escucho.

—¿Podrías ayudarme a cargar a Helena hasta el Uber que voy a pedir?

Una sonrisa divertida tira de la comisura de sus labios.

Entonces posa su mirada a un punto detrás de mí.

Por instinto, hago lo mismo. Lo primero que aparece en mi campo de visión es la imagen de Helena haciendo ademanes exagerados, y diciéndole no-sé-qué a Dan, quien acaba de llegar a su lado y la sostiene por el brazo para evitar —supongo— que caiga al suelo.

Regreso mi mirada a Colton.

—¿Otra vez se le pasaron los tragos a Helena? —pregunta.

Pongo los ojos en blanco, al tiempo que me cruzo de brazos, deseando desaparecer.

—Ella casi nunca es así —digo, porque es cierto. Helena no suele emborracharse siempre que sale de fiesta; sólo en dos ocasiones —contando esta— que, desde que la conozco de la preparatoria, lo ha hecho—. Supongo que sí le afectó que el plan que teníamos no haya salido como esperábamos.

Tocando lo prohibido ©Where stories live. Discover now