nueve

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NATSUKI DIO una vuelta sobre si misma sentada en la silla de Koro-sensei en la sala de profesores. La jornada laboral había terminado y Natsuki se había ofrecido para hacerle compañía a los adultos.

— ¡Me está mirando las tetas descaradamente mientras se bebe el té!— La voz de Irina hizo que la adolescente dejase de jugar con su silla para mirarla.

— Hay que ver las lecciones que te da la vida, es maravilloso...— Contestó Koro-sensei dando otro sorbo a su té.

— ¡Cierra el pico!— Irina se abalanzó sobre el pulpo con su cuchillo en la mano.

— Cálmese, ya sabe como es.— Intervino Karasuma cogiendo la silla de Natsuki y dejándola quita, la estaba poniendo nervioso. Irina rodó los ojos y tiró el cuchillo.

Shit, no lo soporto.— Koro-sensei negó viendo a Irina salir de la sala.

— Ay, pierde los nervios con mucha facilidad.— Natsuki sonrió divertida y miró a su profesor.

— No sé porque será.— Unos minutos más tarde una voz masculina hizo acto de presencia en el pasillo.— ¿Y eso?— Karasuma y Watanabe salieron al pasillo encontrándose con Irina siendo ahorcada por una cuerda y a un hombre.

What are you doing? Those are not ways to treat a lady.— Dijo Karasuma frunciendo el ceño.

— Sabe cómo liberarse.— Contestó el hombre en japones.

— Así que habla nuestro idioma, bien. Así será más fácil preguntarle quién es.— Comentó Natsuki acercándose a Irina, que había caído al suelo después de que el hombre rompiese la cuerda a la que estaba sujeta.

— No soy sospechoso, ¿y si les dijera que he colaborado con vuestro Gobierno para traer hasta aquí a Irina Jelavich?— Natsuki la miró sorprendido y se puso de pie.

— A usted lo conozco, Lovro el asesino, ¿no? Actualmente se encuentra retirado pero se gana la vida entrenando jóvenes asesinos.— Lovro la miró con una ceja alzada.

— ¿Y tú quién eres?

— Natsuki Watanabe, señor, trabajo para el gobierno.

— ¿Eres buena?

— Quiero creer que sí, señor.— Lovro asintió lentamente analizando la conversación.

— ¿Dónde está ese Koro-sensei ahora mismo?

— Ha ido a Shanghái a por gelatina de almendra.— Contestó Natsuki apoyándose en una de las paredes y sacando su móvil.

— Se ha marchado hace media hora, así que no tardará mucho en volver.— Explicó Karasuma. Lovro sonrió.

— Parece que está a la altura de su reputación.— El hombre miró a Irina.— Me alegro mucho de haber venido, tómate el resto del día libre.— Natsuki sonrió.

Eso significa compras.

— Porque no estás a la altura.— Continuó Lovro. Natsuki hizo una mueca.

No, mejor no.

— Cuando se trata de infiltrarse, nadie puede compararse contigo. Pero una vez descubren tu identidad, tu nivel como asesina es mediocre.

— Sé que puedo hacerlo, ¡tengo lo que hay que tener!— Contestó Irina poniéndose de pie. De un movimiento, Lovro se colocó tras Irina tomándola por el cuello.

Es rápido, me recuerda al tío ese de un anime de titanes, ¿Levadura? ¿Tal vez?

— Todo el mundo tiene puntos fuertes y puntos débiles. Considera esto tu ele y tu erre.— Dijo el hombre refiriéndose a la clase de inglés de unas horas atrás.

hit and run ▭ karma akabaneWhere stories live. Discover now