One-Shots | 𝗧𝗪𝗗

8. Daryl

Pedido de: whospaces

–Vamos dilo de nuevo.– insistió Glenn.

–Si creo que no escuchamos, Daryl.– se burló Rick con una sonrisa.

–Váyanse a la mierda, puedo hacerlo solo.– se quejó dando la vuelta para irse pero inmediatamente sus compañeros le llamaron.

–No, no. Era broma, hermano.

–Ya, te ayudaremos, pero no te enojes.– dijo Rick intentando no reírse de la situación.

Dixon soltó un suspiro y volvió a mirarlos. En el fondo, sabe que se va arrepentir de esto tarde o temprano.

Él no era muy bueno con el tema del amor, o mejor dicho, no tenía la menor idea de qué hacer.
Lleva años enamorado de Arianna, su compañera de supervivencia y amiga. Aún recuerda cuando la conoció en la época de la prisión, lo que era una simple atracción terminó siendo algo más, mucho más.

Llegó al punto en que todo el grupo sabía, todos menos la misma Arianna.

Y eso le frustraba porque sabe que ella no será soltera para siempre y que también, alguna día, puede perderla.

–Bien, es fácil. Sólo dile lo que sientes, creeme, cuando empieces hablar saldrá solo.– dijo Glenn.

–O puedes intentar entablar una conversación, se conocen hace años y jamás te he visto hablarle por más de dos minutos, Daryl.– el mencionado bufó, Rick tenía razón.

–Escuchándolo así parezco un idiota.– dijo, Glenn asintió.

–Lo eres, y eso que me costó un poco confesarle a Maggie, pero uff, al menos no fueron años.

Rick le pegó en el hombro a Glenn intentando que retirara lo que había dicho.

–Mierda, tienes razón.

–¡Oh! Ya sé que otra cosa puedes hacer.– exclamó el coreano comenzando a tirarle una lista de consejos y tips, abrumando un poco al cazador pero aún así lo escuchaba.

Mientras Rick los oía, pudo ver detrás del hombro de Dixon a la persona de la que tanto hablaban.

Sin decirles una sola palabra se levantó y trotó hacia ella, la chica le sonrió al verlo.

–¡Hola!

–Oye... necesito que...– rápidamente pensó una excusa, la primera que se le vino a la mente– Que vayas con Daryl a cazar a los bosques, por favor.

Arianna lo miró con el ceño fruncido mientras observaba al mencionado, quien hablaba con Glenn.

–¿Yo? ¿Con Daryl?– el lider asintió sonriendo.– Pero me odia.

–¿Eh?

–Vamos Rick, se nota mucho. Siempre se pone raro y a penas hablamos, y si lo hacemos a los segundos huye.

–Wow.– dijo abriendo sus ojos, si la chica tenía esa impresión, entonces, no exageró cuando dijo que no hablaban tanto.

–Por favor, ¿realmente debo ir yo?

–Mira, Ari, él no te odia. Estoy muy seguro de eso, así que hazme caso y ve.

Ella bufó rodando los ojos y asintió.
Rick se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia donde estaba Daryl, con Arianna siguiendole.
Cuando el cazador los vio, parecía que se puso muy tenso y nervioso, desviando sus ojos azules a otro sitio.

–Bien, ya le dije Arianna para que vayan a cazar al bosque, Sasha les dará una mochila.

–¿Qué? ¿Cazar?– preguntó Dixon, Rick le hizo un ademán mientras señalaba con sus ojos a la chica a su lado– Oh... sí, vamos.

Luego de agarrar todo lo necesario, Daryl y Arianna abandonaron Alexandria para adentrarse a los bosques.

Comenzaron a caminar en silencio, sólo escuchando el ambiente a su alrededor y las ramas crujir bajo sus pies a medida que caminaban.
La muchacha de ojos marrones observaba a su compañero de reojo, esperando que en algún momento él hablara aunque era algo imposible.
A pesar de lo que le había dicho Rick, aún sostiene la idea de que Dixon la odia, o que no la soporta.
Y no entiende porqué, ella jamás le había dicho algo que lo hiciera enojar ¿no?

Soltó un suspiro y decidió hablar rompiendo aquel silencio que la impancientaba.

–Daryl.– lo llamó, pero este no emitió sonido, sólo la miró por unos segundos.– Mierda Daryl, sólo dime algo, ¿qué te hice?

–¿Qué...?

–¡Por fin hablas!– exclamó deteniendo su paso– Ahora responde, ¿te hice algo? Porque tiene que haber una buena maldita razón por la cual me ignores como si no existiera, Daryl Dixon.

El ojiazul quedó callado mirándola, por primera vez en tanto tiempo pudo sostener la mirada en los ojos de la chica, haciendo contacto visual.

–¡Di algo maldita sea!– exclamó con su paciencia al límite.

–¡¿Realmente quieres saberlo?! ¡¿En serio?!

–¡Pues sí, esperaré a que me des una puta respuesta! ¡Es más si quieres me...!

–¡Me gustas! ¡Estoy enamorado de ti! ¡Lo estoy desde la primera vez que te vi!– exclamó, acercándose a ella, apuntándole con su dedo.– ¡¿Querías saber porqué no te decía ni una puta palabra?! ¡Porque tu maldita culpa, tú me ponias así!

Hubo un pequeño silencio en que él sólo se dedicó a analizar el rostro sorprendido de la muchacha.

–Daryl Dixon si esto es una broma te juro que...

No la dejó continuar, la hizo callar con un beso en los labios, dejando a Arianna impactada, con sus ojos bien abiertos y sin mover un músculo.

Inmediatamente cuando Daryl reaccionó se separó bruscamente, tapando su boca con su antebrazo y alejándose un par de pasos.

La chica seguía allí mirándolo sorprendida, pestañeo varias veces para poder salir de esa especie trance en el que estaba y habló.

–¿P-por por qué hiciste eso?

–Lo siento yo...

–¡¿Qué carajo Daryl?! ¡¿Por qué me besaste así?! Yo...– ella pasó una mano por su cabeza apretando su cabello, con su ceño fruncido.– Mierda.

Cuando ella volvió a mirarlo a los ojos supo que todo eso no se trataba de una broma como creía.
Fue en ese segundo en el que se sintió un poco tonta por no notarlo pero, a la vez, se sentía mal.

–Escucha yo... lo siento no puedo, no puedo corresponerte, l-lo siento.

El ojiazul no emitió ni un sonido, aquellas últimas palabras fueron como un balde de agua fría.
Sentía que dolía, le dolía ese rechazo, cada palabra fue como si le hubiesen tirado flechas. Una clase dolor que jamás había experimentado y era horrible.

Estaba claro que, no eran el uno para el otro.

No siempre habra finales felices!
Me costó escribir esto, soy malisima te juro que intenté que quedara triste pero creo que fallé, pero ojalá te haya gustado