9. Tara

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Pedido de: paltit_a

Antonia estaba molesta por lo que acababa de escuchar hace tan sólo unos minutos atrás.
Resulta que se enteró por otras bocas que, al parecer, Tara le gustaba Rosita. El problema es que se enteró luego de que se dieron a entender que se gustaban, Tara le confesó que sentía algo por ella y Antonia igual.

No se besaron ni nada pero no era necesario, era una confesión, después de todo.
Pero ahora, el saber que Tara le gustaba la latina sólo hizo que todas sus ilusiones se destruyeran.

–Era obvio, tendría que haberlo previsto.– se dijo así misma mientras caminaba por las calles de Alexandria.

Odiaba ese sentimiento, como si fuese traicionada, porque sabe que no debía sentirse así, si al fin y al cabo no eran nada. Nunca llegaron a nada formal, pero ahí estaba, sintiéndose como una estúpida por creer que Tara le correspondía.

¿Pero por qué le confesó eso, aquel día? O mejor dicho, ayer por la noche.

La respuesta era que, ambas estaban ebrias, habían decidido beber por diversión pero, al parecer, a Tara le pegó el alcohol más que a ella y terminaron diciendo estupideces.

Cuando entró a su hogar se tiró en el sofá, sintiendose frustrada y con ganas de romper lo que sea que se le cruzara por en frente.
Tal vez estaba exagerando o quien sabe, pero fue de la boca de la misma Rosita cuando lo escuchó.

"Creo que le gusto a Tara"

"Ahora entiendo porqué se ponía así cuando estaba a mi lado"

Estaba claro como el agua, simplemente no tuvo que hacerse ilusiones pero fue inevitable.

Sintió que alguien abrió la puerta y entró a la casa pero no prestó atención ya que supuso que era Michonne o Sasha.

Pero inmediatamente se dio cuenta que se equivocó cuando la persona quien había ingresado se sentó a su lado.
No era nada más ni nada menos que Tara, quien la miraba con una sonrisa alegre.

Antonia sólo desvío su mirada, si bien estaba molesta, esos sentimientos permanecían ahí.

–¿Necesitas compañía?– preguntó acercándose un poco más.

–Tal vez deberías preguntarle a alguien más.– contestó haciendo una mueca y mirando hacia otro lado.

–¿Preguntarle a alguien? ¿Qué?

–Sí, ya sabes, no querras seguir ilusionando a las personas, bueno, a una persona.

–Wow, ¿qué carajos Antonia?

–¿Por qué me dijiste eso cuando te gustaba alguien más?

–Antonia, no entiendo yo...

–¡Por favor! Anoche, cuando me confesaste lo que supuestamente sentías por mí, ¿o te olvidaste?– dijo levantando el tono de su voz.

–¡N-no, claro que no!

–¡¿Entonces por qué no me dijiste que te gustaba Rosita?!

–¿Qué? A mí no... es decir, sí pero...

–¡¿Entonces por qué...?!

–¡Déjame hablar!– ahora Tara también levantó su tono de voz.– ¡No sé de dónde oiste eso pero no es cierto! ¡Y sí, me gustaba Rosita pero fue algo que no duró ni dos minutos Antonia! ¡Y lo sabes!

–¡No, no tenía la menor idea!

–¡Bien, entonces ahora sí! ¡No se compara con lo que siento por ti!

–¿O sea t-tú...?

–¡Sí! ¡Me gustas! ¡Y lamento no haber sido del todo clara pero es así!

Antonia se quedó boquiabierta buscando que decir, se sentía una estúpida por haber sacado conclusiones. Pero sólo se había dejado cegar por... los celos y el enojo.

Cuando reaccionó, lo primero que hizo fue tomar a Tara de las mejillas y besarla, quien no tardó en reaccionar y corresponder, colocando sus manos en su cintura.

Pero entonces, Antonia se separó bruscamente.

–¡Ay no! Hice todo un escándalo por nada, ¡lo siento!– Tara comenzó a reir y la rodeo con sus brazos.

–Admito que fue divertido verte celosa, te veías adorable.

–¡Agh, no!– se quejó abrazándola, ocultando su rostro en el hombro de Tara.

Ambas cayeron en el sofá entre risas, con Antonia sobre la azabache.
No se dijeron otra palabra más ya que no eran necesarias. Sin embargo,  Tara habló.

–Entonces... ¿debo preguntar...?– hizo una pequeña pausa mientras reía.– ¿Quieres ser mi novia?

–¡Eres una cursi!– ambas estallaron en carcajadas– Y por supuesto que sí.

Ojalá que halla quedado como querías y que te guste!

One-Shots | 𝗧𝗪𝗗Where stories live. Discover now