Capítulo 11

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Eran alrededor de las 11 de la mañana cuando JongIn despertaba de su borrachera de la noche anterior, se sentía como si una masa de gente hubiese saltado encima de su cabeza, parecía que la jaqueca haría que su mente y su rostro se partieran en dos de inmediato cuando la luz dio en la ventana. Con un gruñido fuerte comenzó a levantarse de la cómoda cama con aroma a duraznos frescos, al menos eso le relajaba.


Pero no se relajó cuando sus cinco sentidos despertaron y abrió los ojos. Se dio cuenta de que...



Esa no era su habitación, y nunca la había visto en su vida.


Como todo un joven adulto, a la hora de perder la conciencia, sus amigos lo llevaban a su casa o se quedaba en alguna donde conocía hasta donde quedaba el baño y la ropa de uno de ellos, era una triste costumbre que él ni siquiera podía dejar de controlar. Normalmente después de recobrar los sentidos se levantaba al baño a darse una ducha de agua fría, pero se quedó congelado.


Comenzó a reír del nerviosismo al darse cuenta de que su chaqueta estaba en un perchero delante de la cama, y sus zapatillas debajo, listas para colocárselas y si la memoria no le fallaba, a las primeras horas de despertarse toda su ropa estaba en su cuerpo o tirada por algún lugar de la habitación. Por lo menos era un chico muy curioso, por lo que no se le hizo difícil salir de la ordenada habitación y dirigirse al pasillo que solo tenía iluminado el final, con su ropa ya puesta, aunque su rostro era un desastre. El camino le hizo recordar a las películas de terror ya que se le hizo eterno pasar por el corredor.


En cuanto llegó al final se detuvo unos momentos para admirar la modesta pero bonita sala de estar. Había un montón de fotografías familiares sean grandes o pequeñas, pero le llamó la atención una en particular.



Era la de un niño con ojos grandes, cabello negro y una media sonrisa, llevaba uniforme bastante limpio y ordenado. Antes de darse cuenta bien de quién era esa fotografía, una voz grave, pero a la vez sorprendida lo llamó y le hizo voltearse para saber el origen de esa voz.



.- Esa foto es de la primaria, no he cambiado desde entonces.- Pronunció KyungSoo acercándose con un plato de tostadas y jugo de naranja, dejándolos en la mesita de la sala, que eran para JongIn.- Al fin despertaste, aunque no se te ve muy bien, ¿aún tienes sueño?



"Creo que me siento en uno" Pensó de inmediato al ver su cálida sonrisa al acercarse y mirar su rostro. No dejó de verle ni por un segundo, y vio que el chico estaba algo incómodo por la manera en que movía sus ojos, así que se detuvo, sin arrepintiéndose de admirar cada una de sus facciones, como si hiciera una clase de escáner a su cara.



Se sentaron en el sofá largo y de pronto Golden apareció ladrando y subiendo de un gran saltito a colocarse en las piernas de JongIn. Había olvidado por completo que LuHan había dejado aquí al perrito, sin embargo, le hizo feliz con su energía y con tal compañía a su lado.



.- Hola, pequeño. ¿Te portaste bien? – Le preguntó acariciando su lomo suavemente. Luego de eso tomó una tostada y comió de esta con cuidado de no dejar al perrito con migas. Se dio cuenta de que tenía mucha hambre en comer la tostada de tres bocados y beber un largo rato del jugo recién exprimido. Desde hacía mucho que no desayunaba jugo tan delicioso con aquel.



.- Veo que tenías hambre. ¿Te gustaría un poco más? – Dijo KyungSoo a punto de levantarse. JongIn negó y posó su brazo delante de él negando su movimiento.



.- Oh, no te preocupes, Soo. Está delicioso, pero después no tendré hambre para el almuerzo.- Comentó riendo y bebiendo una vez más de su jugo. El más bajo solo asintió y terminó sentándose por completo.

El serio novio de mi primo [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora