Le diste una mordida a la manzana mientras te ruborizabas; de tantas personas él fue el único que te trató bien.

Terminaste de comer tu fruta e ibas a cambiarte pero de pronto alguien tocó a la puerta. Fuiste a abrir, una sonrisa apareció en tu cara cuando viste a tu amiga. La invitaste a pasar, ella entró, fue cerca a la mesa y se sentó en una silla. Entrecerró los ojos al ver tu rostro, labios curvados formando una sonrisa, mejillas teñidas de un leve rojo y ojos brillantes, lo que dedujo fue obvio y rápido.

—¿Estás bien? —preguntó.

—¿Por qué no lo estaría? —preguntaste de vuelta.

—Estás feliz.

Su comentario de alguna forma te ofendió, no le hiciste caso, imaginaciones tuyas seguramente.

—¡Bueno! Lo que quería es fácil, necesito que en la noche me acompañes al bosque —dijo mientras tomaba tus manos. —Tame perdió algo, me dijo que tenía que ir a buscarlo, quiero que alguien me acompañe... Por favor.

—¿Al bosque?... —suspiraste. —De acuerdo.

—¿En serio? —preguntó con una gran sonrisa.

Asentiste.

• • •

Mala idea en todo su esplendor, las dos terminaron separándose debido a que se encontraron con un lobo. Corriste hacia una dirección y tu amiga hacia otra, ahora estabas adentrandote más y más en lo profundo del oscuro bosque. Tenías una lámpara pequeña que no iluminaba bien el camino y volvió a llover. Estabas empapada, manos mojadas, cabello mojado e incluso tu ropa, tenías frío, empezaste a temblar.

Casi te tropiezas con algo, apuntaste con la lámpara hacía ese lugar...

Tu corazón casi se vuelca, respiraste hondo mientras en tus ojos aparecían lágrimas. Era una mujer muerta, una chica que siempre solías ver por el pueblo con un montón de hombres.

—Por aquí ~ —reconociste esa voz de inmediato, en cuanto volteaste ko había nadie.

—Debo estar loca, debo estar soñando... Sí, un sueño —suspiraste mientras empezabas a caminar de nuevo, alejándote del cuerpo.

—Querida, vas a enfermarte si sigues así —de nuevo escuchaste esa voz, seguida de una risita burlona.

Todo se volvió de un momento a otro.

—Te lo dije, los humanos son tan frágiles...

Apenas recuperaste la conciencia te diste cuenta de que estabas en una cama, te levantaste de sorpresa buscando a alguien a tu alrededor. Tocaste tu ropa, seca y limpia. ¿Qué era todo esto? Un hombre entró a la habitación y te asustó, este rió.

—No sucedió lo mismo cuando te salvé —se sentó en la cama. —Eres alguien rara.

—¿U-usted es?...

—¡Oh, por favor! —rió. —Sólo Douma, ¿sí? Supongo que debo de explicar porque estás aquí, que aburrido. ~ Ni siquiera sabes que soy, ni tienes miedo.

—Bueno... —desviaste la mirada, tu cara estaba roja. —En realidad estoy feliz de saber que tú me salvaste, Douma. Eres la única persona que me ha tratado bien.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Where stories live. Discover now