Capítulo 34: Malas Ideas

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Capítulo 34: Malas ideas

Finalmente vive conmigo, he logrado que mi Elizabeth regresara a mí, pero ¿por qué sigue viéndose tan miserable? Hemos llegado hace un par de horas, hemos almorzado y le he enseñado la casa nueva que no se parece en nada al triste apartamento. Decidí comprar esta casa para darle más seguridad a mi familia, el vecindario es seguro al ser el hogar de algunos agentes y me he asegurado de tener un amplio jardín trasero para poder plantar árboles y tener animales, pero a Elizabeth no le parece suficiente o eso supongo pues su silencio me incomoda y le da rienda suelta a mi imaginación.

Marta nos ha ayudado con el equipaje, Jaydan parece estar en las nubes, Dante sin duda ha amado el jardín trasero, yo mismo estoy en ascenso al cielo, todos estamos de buen humor, todos menos ella. La miro desde el ventanal de la cocina, se encuentra sentada en una tumbona de espaldas a mí y lleva así unos cuantos minutos.

Decido acercarme luego de sortear las preguntas curiosas de Marta y Jaydan saliendo y cerrando detrás de mí para darnos privacidad, Dante al verme salta y corre en mi dirección lo que me arranca una risa que llama la atención de Elizabeth quien se remueve en su asiento.

— No quería interrumpir, lo siento.

Al quedar a la vista frunzo el ceño pues noto que ha estado llorando, aquello me preocupa por lo que me siento en la misma tumbona al lado de sus pies luchando un momento al no saber que más decir.

— Descuida no lo has hecho.

Su voz es suave y su mirada es amorosa ¿entonces que está mal? Tomándome la libertad de acercarme un poco más dejo que mis pulgares limpien el rastro de lágrimas que sus manos en el apuro no alcanzaron.

— ¿Qué te tiene así? No lo entiendo.

Al sentir mi toque sus ojos se cierran acercándose a mis dedos y soltando un suave suspiro, mi estúpido estómago da un vuelco haciendo que mi respiración se detenga por unos segundos.

— No sé si esto fue finalmente una buena idea —dice en un susurro al tiempo que abre los ojos— no puedo estar sola, pero ¿qué tan inteligente es regresar a ti luego de lo ocurrido?

Sus palabras me aterran porque tienen toda la razón, pero ¿A dónde iba ir? Mi dulce Elizabeth carece de una familia pues el único que puede ayudarla se ha asegurado de borrarla por completo de su vida. Sé perfectamente que es una pésima idea tenerme cerca, pero si no era yo ¿quién la ayudaría?

— No lo fue —admito por primera vez con un triste susurro— pero no podía quedarme quiero viendo como tu vida empezaba a desmoronarse a pedazos. Lo siento, te amo demasiado como para dejar que algo así suceda.

Elizabeth retira mi mano de su rostro y desfigura su ceño ahogando un jadeo antes de seguir llorando, sin poder evitarlo tiro de ella para envolverla en un abrazo que ambos necesitamos.

— Soy un desastre. —Jadea aferrándose a mí dándole rienda suelta a su llanto ocultándolo en mi pecho. — Tengo miedo, miedo de que todo vuelva a ocurrir miedo de no poder seguir adelante. Miedo de volver a...

Frunzo el ceño al escucharla, beso su coronilla y la interrumpo al no poder aguantar más.

— Miedo a volver a retomar lo de nosotros ¿no es así? —Su silencio confirma mis palabras y afianzo mi agarre sintiendo como poco a poco mi buen humor se aleja a paso ligero— Elizabeth mírame —insisto hasta que sus ojos regresan a los mío— no te he traído aquí para mover mis fichas seductoras, joder. Ni siquiera estoy seguro de tener dichas fichas —ambos reímos un poco— te he traído porque necesitas compañía y aunque yo no esté tendrás a Jaydan y Marta. Nunca más estarás sola.

Apasionado TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora