Apasionado Tormento

Capítulo 10: "Espacios personales"

- ¿Shel? ¿Qué haces aquí? -dice mirándome ingenuamente mientras sale detrás del tipo que parece lanzarme rayos láseres y cuchillas doble filo a la cabeza. Debo admitir que aquella imagen estaba desatando en mí una enorme catarata de estúpidos y sorprendentes celos asquerosos repentinamente pero, me mantuve lo más tranquilo que pude, comenzando por no fruncir el ceño, seguido por relajar la tensión de mis brazos y manos.

- Venia a invitarte a almorzar, pero supongo que no puedes ahora... -digo sonriendo como suelo hacerlo para las damas y me encojo de hombros en un gesto forzosamente despreocupado. Me acerco a ella con seguridad y acariciando su mejilla beso la contraria.

El tipo se acerca a nosotros, "así que ese niño es Thomas..." el interviene entre nosotros y tomando su mano alejándola de mí levanta una lonchera blanca:

- Me encargué de eso, aquí le traje su almuerzo, ella no puede perder tiempo en salir a almorzar. -sonríe socarrón. Abro los ojos sorprendidos y guiño un ojo mientras palmeo su hombro con una fuerza extra limitada. Éste se tambalea un poco pero sostiene mi mirada, a pesar de que le llevo una cabeza de diferencia.

- Eso es genial, gracias por traer el almuerzo para Lizz. Siempre es bueno tener amigos preocupados... -miro a Elizabeth y me alejo un poco, estoy invadiendo su espacio personal, tanto como lo hace el maldito niño. – Bien nena, entonces te dejo almorzar tranquila. Te llamo, ¿vale? -me acerco a ella de nuevo, voy a invadir un poco más, sin importar que él le esté tomando la mano, sujeto con seguridad su cadera sin darle demasiado tiempo a que reaccione alguien y junto nuestros labios elevándola hacia mí, tomando su boca lento, demasiado lento y profundo, marcando el beso con intensidad y a mí gusto, ella cierra los ojos, hago que mi lengua roce lentamente la suya dejándola con aquella sensación de desear un poco más, justo en el momento preciso, para después alejarme con un guiño y salgo del lugar caminando con confianza saludando con un gesto caballeroso al tal Thomas que tal vez requiera algo de ayuda ya que la boca se le ha abierto el suelo, podría jurar que se le ha acalambrado la mandíbula: - Niño.. -digo con un asentimiento de cabeza y a las demás compañeras del hospital: - Señoritas... buenas tardes. -y finalmente salgo del hospital sujetando mi móvil.

Afuera, mi ceño se frunce y aprieto mi puño  mientras que con mi mano libre marco a Ashley, joder condenada escena de mierda, debí arrancar cada dedo de su jodida mano por tocar a MI Lizzie. Si tan solo hubiese tenido unos segundos más podría tomar esa maldita lonchera cabrona y meter en su pendejo trasero la maldita comida que de seguro sabe algún producto de esos que debe usar para mantener ese jopo anticuado y gay sobre su cabeza. Pendejo cabrón hijo de perra, espero con ansias el momento en que Ashley descubra toda su mierda para tomarle del cuello y oír bajo mis dedos el crujido de su garganta.

- Dime... -se oye la voz de la rubia del otro lado de la línea.

- El jodido cabrón carilindo está en el hospital. Esta con Lizz, pero no sé cuánto tiempo más ella lo retendrá ahí. ¿Estás en el apartamento? – la risa de Ashley hace que mi poca paciencia comience a acabarse. - ¿De qué mierda te ríes?

- ¿Estas celoso? -dice ella burlona y se oye el ruido de movimiento. – Joder... -murmura y frunzo el ceño mientras me meto en la camioneta.

- ¿Qué ocurre? -digo mirando al frente obviando lo primero.

- Este cabrón tiene una maleta llena de dinero... mucho. -murmura- Shelddon necesito que lo sigas. Vigila si viene aquí o va a otra parte, necesito buscar en su documentación.

- No puedo seguirlo con la camioneta de la veterinaria, es algo obvio Ashley. Ambos están en la puerta del hospital... -pongo mis ojos en blanco y al ver que Elizabeth sale con él hacia afuera, puedo notar por su expresión, está molesta. – Si ese pendejo se atreve a tocar a Elizabeth tendré su cabeza como velador de noche en mi habitación. -gruño.