[Des]Ventajas de una muy masculina y explosiva relación

[Des]Ventaja Número XXV

¿Que si saluda a Bakugou? De repente Kaminari silba.

¿Que si están conversando de algo? Él finge besos.

¿Que si pasó por su lado? Kaminari lo empuja.

¿Que si le prestó un borrador? Kaminari escribe sus iniciales y un corazoncito (que más parece un melocotón medio raro)

Y francamente... Kirishima está harto.

Necesitaba encontrar una solución rápido y en realidad, justo en ese momento estaba a punto de ir a la habitación de Shinso para ver si había alguna manera de hacerle olvidar un recuerdo a alguien.

Pero a mitad de su caminata nocturna, un grito se escuchó en el pasillo.

De la persona que menos quería ver.

—KIRISHIMAAAAAAA

Oh no, ahí venía otra vez.

— ¡Oye! ¡Oye! ¡Mira lo que estuve practicando! —Chilló el rubio una vez lo alcanzó, tomando su hombro para descansar un rato. Kirishima susurró un ligero "Yo también estoy bien, gracias por preguntar" que fue ignorado olímpicamente. — ¡Yo digo que sí me salió!

—Qué quieres ahora, Denki. —Gruñó el pelirrojo, la mirada del rubio pareció brillar ante esto.

A Kirishima no le gustó esa mirada.

Kaminari sonrió de lado y se alejó unos cuantos centímetros para tomar una gran bocanada de aire y formar un extraño ceño fruncido que se le hacía familiar... De repente todo fue claro, y Eijirou realmente no quería escuchar lo que venía a continuación-

—DEEEEKUUUUUUU.

Joder.

Kirishima, quien llevaba una bandana en la cabeza para acomodar su rebelde cabello caído, inmediatamente se la lanzó hacia el rostro del rubio para callarlo. Kaminari se puso a reír mientras al otro se le coloreaban las mejillas de rojo. Eso era todo, él realmente iría a ver a Shinso para que de una vez le borre hasta el último recuerdo al idiota de Kaminari.

— ¡Tu cara! JAJAJAJAJA.

— ¡Venga ya, deja de molestarme! —Gruñó el pelirrojo, agarrando uno que otro cabello por su rostro y pasándolo tras su oreja. Genial, ahora estaba despeinado. Kaminari seguía riéndose. — ¡Que te dejes de reír! ¡Paraa!

—Ya, ya, perdón es que... —Una última carcajada salió del rubio. —Ufff, bueno, ya, ya estoy. Perdón, perdón, no me aguanté.

—No es gracioso.

—Sí que lo es, solo que tú no tienes sentido del humor. —Solo bastó una mirada fría para que Kaminari alzada sus manos en alto, en símbolo de paz. —Ahhh, vale, me rindo. No molestaré más, enserio... pero realmente tienes que terminar esto, hermano.

Kirishima alzó una ceja ante ese comentario, bastante extraño. — ¿Terminar? —Preguntó, confundido. Kaminari le respondió de lo más tranquilo.

—Ya sabes, oye. Algún día te le irás a confesar... ¿no?

Confesar...