[Des]Ventajas de una muy masculina y explosiva relación

[Des]Ventaja Número XXVII

Apellidos

Kaminari parpadea poco a poco y ve un techo blanco con una lámpara de estilo bastante extravagante para ser su habitación. Pasan los segundos y con pesar se alza ligeramente de la cama. Sus ojos enfocan a su alrededor y cuando se da cuenta por fin, está en la habitación de Sero.

Sus manos se dirigen a quitar las pequeñas legañas de sus ojos. Bosteza. ¿Qué era lo que estaba haciendo ahí? Voltea a la derecha y hay una pantalla portátil encima de la mesa central de la habitación, que muestra un juego en pausa. Oh, claro. Sero y él estuvieron jugando toda la tarde en la consola de Ashido hasta que Hanta, cerca de las seis, tuvo que ir a atender una llamada y él simplemente se quedó dormido de tanto esperarlo.

Kaminari se pone a pensar, el juego estaba exactamente en donde lo pausó. Eso le extrañó. ¿Sero aún no había regresado acaso? Uh, al menos esperaba que estuviera aún en los edificios. Miró el reloj de pared que tenía el cuarto y este indicaba que eran cinco para las siete. Vaya, a lo máximo habían pasado cuarenta minutos desde que se fue. Kaminari pudo jurar que había dormido al menos dos horas, qué raro.

Con un poco de pereza se levanta de la cama y enciende las luces de la habitación, sus ojos se tardan en acostumbrar a la luz pero lo logra así que, una vez encuentra sus zapatos, decide irse a buscar a Sero. Kaminari no quiere seguir el juego sin él (su victoria no tendría sabor a gloria) así que toma el ascensor hacia el primer piso con un paso arrastrado.

No pasa ni un minuto cuando ya está en el primer piso, extrañamente, lo reciben varios murmullos a lo lejos. ¿Al parecer hay gente en la sala común? Se pregunta por la magnitud de la bulla. Mientras más cerca está los murmullos ahora se convierten en palabras dichas en tal volumen, que tienen toda la pinta de ser por una discusión. El instinto humano de chismosería de Kaminari se activa casi al instante así que, a paso apurado, se dirige hacia donde los gritos están.

Cuando llega, extrañamente se encuentra con Sero estando de pie y de espaldas, mirando algo con curiosidad. Kaminari está dispuesto a llamar su atención pero los gritos Bakugou y Kirishima ahí presentes también lo distraen.

—Bakugou. —Lo escucha decir a Kirishima. Wow, enserio qué noche tan rara. Juraría que Kirishima no lo llamaba por su apellido desde ya hace como diez meses, mucho menos con ese tono de voz.

—Kirishima. —Oh, ahora Bakugou estaba haciendo lo mismo en su respuesta. Y su voz sonaba incluso más molesta que de costumbre.

¿Qué estaba pasando?

—Bakugou.

—Kirishima

—Bakugou.

—Kirishima.

— ¡Bakugou!

— ¡Kirishima!

— ¡Bakugou!

— ¡KIRISHIMA!

— ¡BAKUGOU!

Que cada vez se levanten más la voz lo ponen incómodo hasta el punto de retroceder lentamente, porque siente que está viendo a sus padres peleando por su presunto divorcio o algo así. Cuando retrocede Sero nota por fin su presencia con sorpresa.

Kaminari toma esta oportunidad para poder hablarle. —Ahh, hola, es que te demoraste mucho así que te estuve buscando porque el juego sigue pausado y-

— ¡¡KIRISHIMA!!

— ¡¡BAKUGOU!!

—Ay, por All Migth. —Kaminari chilla. ¡Ni un día tranquilo de videojuegos puede tener sin que algo que tenga que ver con ellos pasase y lo arruinase! Aunque no culpa a Sero de entretenerse viendo a estos dos pelear, de hecho, él se estaba quedando por lo mismo. (Instinto de chismosería, no lo culpen). — ¿Y ahora por qué están gritándose los apellidos estos dos? —Murmura viendo la tensión (no sabe si buena o mala) entre ambos chicos. —Pensé que solo usaban sus nombres ahora...