19• Ya.

52 11 48
                                    

Lágrimas caen por mis mejillas incesablemente. Estoy sentada contra una de las paredes, abrazando mis rodillas, hundiendo mi cabeza entre ellas. En el medio de la oscuridad millones de imágenes se repiten en mi cabeza, haciendo una lista enorme de todas las cosas que han estado ocurriendo desde que dejé Los Ángeles.

El sonido de aquel disparo a terminado de romperme, y escuchar a Cian gritar del otro lado sin poder hacer nada, sin siquiera poder estar ahí para abrazarla. ¿Cómo es posible estar tan cerca y tan lejos de alguien?

Y no hablo solo de la separación de una puerta. Hablo también por Bambam. ¿Cómo es que el ser humano que está allí detrás haya sido mi amigo durante tanto tiempo? Apenas me vio ni siquiera se molestó en hacerme creer que todo esto es una farsa. El borde de la locura ya lo tiene colapsando, ya no quedan restos de lo que fue alguna vez ese amigo que conocí. Hemos estado juntos desde pequeños, ¿cómo puede ser? Él es el mejor amigo de Yugyeom, ¿podría estar involucrado en algo como esto? Han pasado demasiadas cosas desde que me reencontré con gente que conozco, sin embargo, todavía no tengo idea de la historia. Con suerte solo me he enterado de lo que le ocurrió a Cian, y mi cerebro aún lo está procesando. Me siento mal por haber estado mal yo habiendo estado lejos de mi familia. Aún sola y lejos, sin saber hacia dónde ir deshaciéndome de un nombre y personalidad que ya no me correspondían, no era yo quien la estaba pasando peor.

El dolor en el medio del silencio es enorme. Se hace cada vez más grande como esta oscuridad que me está consumiendo. Los minutos pasan mientras me carcome la incertidumbre, y viendo en retrospectiva no puedo creer todo lo que todos hemos pasado. Y aun no entiendo ni sé por qué. Siento un odio profundo, que se mezcla en algún punto con una decepción que me está partiendo al medio, ya ni siquiera me interesa saber qué es lo que está pasando. Nada puede justificar la actitud de Bambam. ¿Quién más está con él? ¿Mark? ¿Puedo confiar siquiera en mi propio hermano? ¿Cómo de repente la palabra <confiar> pudo volverse tan frágil de repente? Toda mi vida concentrándome en los sujetos equivocados, conviviendo con el enemigo. Cuando resulta que las personas más confiables hasta ahora resultó ser una chica que conocí en un aeropuerto, un extraño que conocí durante mis últimas vacaciones en Corea, un sujeto completamente extraño que parecía más sospechoso que cualquiera que al final era un policía y por último, alguien que estaba destinado a vigilarme para entregarme. ¿Qué clase de vueltas son las que da la vida para hacerte golpear tan fuerte? ¿Lo peor? No sé cuántos de ellos están vivos en este momento.

En la cerradura se escucha cómo una llave se introduce y en seguida la puerta se abre, dejando entrar la insoportable cantidad de luz que proviene de afuera. Me arden los ojos gracias a la iluminación, pero es más por el llanto. Sorbo por la nariz cuando veo a Bambam asomarse, observándome con el menor rastro de pena, no siente una puta pizca de culpa.

—Ahora tú y yo, tenemos que hablar.

Su mano rodea mi brazo otra vez, me pone de pie y me saca fuera. En el medio del proceso de acomodarme a estar fuera de nuevo, mis ojos buscan alguna señal de vida. Lo único que encuentro es a Jinyoung, todavía atado, tirado de costado sin poder levantarse, y a su lado Cian, está inconsciente o muerta, cubierta de sangre, y junto a ella yace el cuerpo de Matt, quien, no tengo dudas que está sin vida.

No digo nada. No puedo. Me limito a llevarme la mano a la cara, haciendo un intento nulo por controlar mi llanto. El chico me sienta en una silla alejada, pero justo frente a los tres cuerpos destrozados. Estando a la altura de su abdomen es cuando puedo ver que lleva una camisa abierta y tiene una venda que lo cubre todo alrededor de su estómago. Uno de ellos lo atacó. Él agarra una cuerda y me ata presionando todo mi torso, dejando mis brazos curiosamente afuera, y luego entiendo que es para atar mis muñecas. Una vez se siente conforme con el resultado, dobla mis brazos hacia arriba y vuelve a atarme, obligándome a mantenerme en una sola posición. Mis manos ahora se unen a la altura de mi barbilla. Él suspira, me admira con autosuficiencia y va en busca de algo de beber. ¿Whiskey? ¿Bambam toma whiskey?

Deuda Pendiente #3Where stories live. Discover now