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HABÍA ACEPTADO LA PROPUESTA DE AEGON Y- AÚN, no entendía por qué lo había hecho. No sabía si fue el vino que ingirió el que habló por ella o tal vez era porque había empezado a gustarle tener a Aegon y Visenya. Su padre al siguiente día de la boda de su hermana, la había llamado para hablarle sobre ello y, aún cuándo le dijo que todo dependía de ella, los dos sabían que no era así realmente. Estar bajo la ala protectora de los dragones quizá fuera lo mejor, pero sabía que iba a ser peligroso.
Había empacado toda su ropa, sus cosas más personales -eso incluía su espada y navajas- y cientos de vestidos o ropas cómodas, claro que ninguna de éstos se adaptaba a como era el Sur. Según Aegon, era caluroso la mayor parte del tiempo. Por lo que sería posible que no utilice a ninguno de esos vestidos.
La puerta de su habitación se abrió de forma inesperada haciéndola brincar de su lugar y ahí estaban sus tres hermanos: Robb, Lysanne y Tommen. Los tres la miraban sin poder créerselo.
─¿Te irás? ─preguntó Tommen con tristeza, la joven loba asintió sonriéndole, sabía que si hablaba era probable que termine lloriqueando. Su hermano pequeño se le lanzó a los brazos, abrazándola con tanta fuerza cómo pudo─: No puedo creerlo. Nadie abandona Winterfell.
─Tommen ─dijo Lysanne, tomándolo por los hombros para separarlo de su hermana─ no la estabas dejando respirar.
─¿Cuándo parten? ─le preguntó Robb, cruzándose de brazos.
─En algún momento ─dijo, sonriéndoles─ es un largo viaje.
─Padre dice que les tomará aproximadamente un mes llegar hacia ‘King's Landing’ ─le dijo Lysanne, sonriéndole amablemente─, ninguno ha ido al Sur pero vamos a estar cerca y es posible que podamos vernos.
─Espero que así sea, querida hermana ─ella asintió con una gran sonrisa─, sólo espero que todo salga bien.
─Mi único consejo es ─Robb habló, tomándola de los hombros─ no olvides que eres una loba. Y los lobos no le tememos a nada. ¿Está bien? Vamos a volver a estar juntos.
─Sé que es verdad ─le dijo Lyanne─, podrán pasar días, semanas o meses, pero de algún modo u otro, la manada siempre volverá a estar junta.
─Vengan aquí ─dijo Robb abriendo sus brazos, las dos lobas rieron, especialmente cuando Tommen fue el primero en abrazarlo y ella se unieron para poder corresponderle. Los cuatro soltaron cortas risas antes de poder oír la puerta de su habitación ser abierta y reflejar a su padre Torrhen. Ellos lo miraron con una sonrisa.
