ch. 004

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CHAPTER FOUR.

SU PADRE PARTIÓ A LAS TIERRAS DE EL CUELLO Y sus hijos empezaron a involucrarse mucho más con el Norte

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SU PADRE PARTIÓ A LAS TIERRAS DE EL CUELLO Y sus hijos empezaron a involucrarse mucho más con el Norte. La idea era muy simple, ellos estarían en todo lo posible involucrados con la gente para así poder mantener mentes ocupadas y no continuar en la cruda espera de un golpe de realidad.

Brandon estaba la mayor de su tiempo metido en el cuarto dónde su padre hacia frente a asuntos de suma importancia. Muchos señores de grandes casas del Norte estaban haciendo saber su preocupación por el Rey dragón. Y Brandon debía dejar su propio miedo para calmar el de los demás.

Robert había sido obligado por Lyanne a enseñarle entrenar a los más jóvenes, tanto niños como niñas, todos los que quisieran aprender a defenderse eran más que bienvenidos. Y por suerte, Robert estaba más que dispuesto a enseñarles.

Tommen fue quién enseñaría idiomas. Si Aegon ganaba la batalla, era mejor saber hablar Valyrio para poder comprender que decían éstos cuando fuese el momento adecuado. También, a ellos les habían enseñado a comprender mejor que el lenguaje común de los Dotrakhi's, y no era que necesiten saberlo, pero la curiosidad solía ser mucho más fuerte para ellos. Lyanne le había pedido que le enseñe a todo los que quisieran aprender y para sorpresa de ambos, eran muchos los que querían empezar a saber más.

Lyanne estaba todo el tiempo con la gente, viendo que no les falte nada, que no pasen ni hambre, ni frío. Era a quiénes ellos recurrían ante algún mal momento, le contaban sus historias, le hacían sentir un poco mejor. Le daban buenos momentos dónde olvidaba por completo todo lo que estaba sucediendo.

Valena Stark intentaba estar la mayor parte de su tiempo haciendo lo mismo que ellos, pero todo en lo que pensaba era en cuán poca afortunada había sido; su señor estaba yéndose a enfrentar a dragones y estaba segura de que acabarían con él fácilmente. Y aunque ese pensamiento le doliera, sabía perfectamente que no puedes enfrentar a un dragón.

Lysanne estaba de pie junto a ella, ambas viendo cómo sus familia se mantenían ocupados. De lejos ambas observaron a Lyanne reírse mientras llevaba entre sus manos algunas leñas para poder armar una fogata.

─¿Ya le has hablado a tus hermanos sobre Brassen Frey, amor? ─Lysanne suspiró levemente antes de negar con su cabeza. Su madre asintió, estaban en un momento difícil, demasiado difícil, hablar sobre unir su vida a la de un hombre que desconocía era algo que no tenía muy en claro cómo hacer.

─Sé que van a tomarlo bien ─dijo la loba, intentando convencerse de ello─, es posible que Brandon enloquezca, pero Robb y Tom estarán de acuerdo. Siempre han respetado nuestras costumbres.

─¿Y Lyanne? ─preguntó con una sonrisa. No era ninguna noticia que la loba salvaje estuviese en contra de todo lo que fuese ir en contra de lo que las mujeres debían hacer por 'deber' a lo que ella decía que era más una obligación y manipulación de los hombres. Lyanne odiaba la idea de tener que comprometerse y muchas veces dijo que si eso sucedía, asesinaría a su esposo. Su padre quiso imaginar que aquello era una broma cruel de su parte, pero todos empezaban a sospechar que lo decía en verdad.

─Lyanne es más difícil que mis hermanos, madre. ─Valena volteó a buscar a su hija nuevamente, la loba estaba moviéndose de un lado a otro con la gente de Winterfell─: Sabes cuán poco le gusta la idea de comprometerse. Estoy segura de que hará que cambie de opinión; pero estoy de acuerdo con casarme con Brassen Frey, no me importa. Haría lo que fuese por ayudar a papá a qué sus hombres le sigan siendo leales.

─No es necesario que te comprometas con él por obligación, Lysanne. Siempre puedes hablar conmigo o tú padre para llegar a algún otro acuerdo. Brassen Frey... Nadie lo conoce. Ni tú padre, ni yo. Nadie sabe cómo es.

─Debo darlre una oportunidad ─dijo su hija mayor, mientras volteaba a ver a Lyanne─, llegará mañana. Ya no hay tiempo para cambiar de pensamiento. Se hará esa boda, no importa qué.

Valena Stark asintió sin querer decirle nada más, si su hija quería seguir con aquello, entonces estaba bien, respetaba sus decisiones. Hace veinte años ella estaba en esa posición, cuando la unieron a Torrhen Stark; lo único que podía pensar era en cuán maldita estaba, en cuánto odiaba a sus padres y lo mucho que deseaba el poder escaparse. Era un alma libre, justo como Lyanne, no podía soportar la idea de casarse con un hombre borracho, que estaba más tiempo con putas que pensando racionalmente.

Para su suerte, Torrhen fue todo lo opuesto a lo que ella pensaba. Desde el primer día hasta la actualidad continúa respetandola y haciendo que se sorprenda por sus actitudes. No necesitó mucho tiempo para terminar enamorada de él.

─Ve a hablar con Lyanne, amor. Necesitarás el apoyo de tú hermana.

Lysanne suspiró antes de asentir y comenzar a bajar las escaleras, Robert la saludó desde lo lejos, entre sus manos tenía una espada de madera. La loba le sonrió saludándole también; luego sus ojos fueron hacia Tommen, quién hablaba fluidamente valyrio, negó con una sonrisa y continuó caminando, vio a Lyanne alejándose de ellos, caminando justo hacia dónde ella estaba. La menor al levantar su cabeza y verla, sonrió.

─Hola, Lysanne. Pensábamos que estabas ocupada. ─le dijo su hermana, mientras se frenaba ante ella─: Madre nos dijo que estabas demasiado atareada.

─Oh, sí ─dijo Lysanne asintiendo─ y de eso quería hablarte. ¿Tienes un momento?

─Sí, ya terminé aquí de todos modos ─la joven loba río antes de poder caminar a la par de su hermana.

─Bien, vamos a la cocina, he preparado unos pasteles para cuando ustedes finalicen con su movido día.

Lyanne asintió y caminaron juntas hacia el interior del castillo; algunas personas que ya estaban ahí, hacían reverencias a medida que éstas dos pasaban. La joven loba detestaba que eso se siguiera haciendo, la conocían desde que era una bebé, y sabían que eso no le gustaba demasiado.

Cuándo llegaron a la cocina, Lysanne pidió de forma amable que las dejen a solas, Lyanne se sentó en una de las sillas mientras que su hermana buscaba los pasteles que había hecho, cortó éstos en pequeños pedazos y colocó el mismo enfrente de la loba salvaje. Quién no tardó en tomar uno y así poder disfrutar de este. Su hermana era la mejor cocinera de los siete reinos.

─¿Qué ibas a decirme?

Lysanne suspiró antes de poder sentarse frente a ella.

─Hace meses papá recibió una carta de Valon Frey, pidiéndole mi mano para su hijo mayor, Brassen. Él habló conmigo, quiso saber si estaba interesada en unir mi vida a alguien que no amaba ─Lyanne sólo mantenía una expresión que era difícil de leer. Dejó la comida para poder enfocar sus ojos cafés en los suyos, haciéndola suspirar─, pero he accedido a ese matrimonio porque sé que nuestro padre necesita que los aliados continúen junto a él.

─Bien. ─dijo Lyanne, asintiendo─. ¿Cuándo llega?

Lysanne frunció notablemente el ceño.

─Mañana. ─Lyanne asintió una vez más antes de tomar agua─: ¿Estás de acuerdo con ésto, Lyanne?

─Es tú decisión, hermana mayor ─le dijo Lyanne, viéndola con una leve sonrisa─, si yo estuviese en tú lugar posiblemente ya me habría escapado. Las decisiones que tomamos son las que abren puertas y si quieres ser la señora de Brassen Frey entonces, bien por tí. Ojalá seas feliz junto a él.

Lysanne esperaba que Lyanne grite, le diga que debía hacerse respetar y valerse más como una mujer. Pero tal vez, había prejuzgado demasiado las reacciones e ideales de su hermana; la loba salvaje le sonrió por última vez antes de poder ponerse de pie.

─Si él te hace el mínimo daño, sólo debes decírmelo y yo misma lo asesinaré.

Y ahí estaba la Lyanne que conocía. La que no dudaría en mancharse las manos con tal de ver a su familia a salvo.

ice and fire.          aegon, the conqueror.Where stories live. Discover now