Capítulo 41

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Narra Tobias

Desperté al día siguiente justo cuando el médico que me había tratado desde que había llegado al hospital hacía la revisión general de la mañana.

Me comentó que el golpe que había sufrido había sido tan grave que me había provocado una conmoción cerebral que dio lugar a la amnesia. Según decía, con el paso de los días iría recordando de a poco lo que había sucedido y mi cerebro se iba a ir recuperando, pero el médico les aseguró a mis padres que desde una litera no podía haber provocado tal conmoción, que parecía como si me hubieran pegado con algo de madera.

Podría haber muerto.

Estuve una semana en el hospital, me venían a visitar mis amigos de vez en cuando y Ari pasaba todas las tardes que estuve encerrado. 

Intentaba ayudarme a recordar lo que sucedió, pero cada vez que pensaba algo que tuviera que ver con el campamento un dolor infernal me golpeaba el cráneo y acababa muy mareado.

Al noveno día me dieron el alta, pero cada semana tenía que ir para una revisión.

Volví al instituto bajo la preocupación de todos los profesores y alumnos y seguí con mi día a día normal.

Una parte buena de lo que había sucedido era que mi padre había pedido otros 15 días para marcharnos del país. Sus jefes lo entendieron sin ninguna queja y dejé un poco de lado el tema de la mudanza.

Aún así, estaba destrozado. Me iba a marchar a Estados Unidos, a Miami por temas de trabajo de mi padre. No entendía por qué tenía que irme con ellos. Les intenté convencer para quedarme, pero terminaron amenazándome. Ya era mayor de edad y sabía cuidarme solo. Me podía quedar en casa de Purre o incluso de Majo y Simón. Les aseguré que no les iba a molestar y que iba a ayudar en todas las tareas de la casa, que no iba a tener ni un suspenso, pero...No les convencí.

Dicen que es un cambio necesario para todos, que tenemos que vivir nuevas experiencias. 

¡YO NO QUERÍA VIVIR NUEVAS EXPERIENCIAS!

Quería quedarme acá, en Buenos Aires, con mi novia, con mi familia. 

Sabía que el motivo real no era ese, era Pilar. Mi madre estaba tan destrozada con la pérdida de su mejor amiga que le comía por dentro. Pero lo que ella no entendía es que todos estábamos igual o si no...que piense en Purre. No creo que esperara quedarse viudo con dos hijos y problemas de salud.

¡Claro que no! 

La única persona que había sacado adelante a esa familia había sido Ariadna. Había sido la única en mirar hacia delante y dejar el pasado.

Tobias.-- me llamó alguien y levanté la mirada.-- Llevo llamándote un buen rato, la clase ya terminó...

Parpadeé varias veces y miré a nuestro alrededor.

Es verdad.

Sí, ya sé.-- dije recogiendo mis cosas mientras Ariadna se colgaba en un hombro la mochila.

Salimos del instituto tomados de la mano y andamos en silencio hacia la escuela de nuestros hermanos

Ninguno de nuestros padres podía recogernos. Los míos estaban haciendo papeles y Purre estaba en una entrevista promocionando su nueva canción. 

Porque sí, había vuelto a escribir y mañana salía su nueva música.

Cuando les recogimos de la escuela, andamos hacia una heladería cercana y pasamos la tarde del viernes junto a un par de helados.

Unas horas después, volvimos a casa mientras nuestros hermanos iban unos pasos delante bajo la mirada de ambos.

Oye, se que no debería de darte dolor de cabeza porque el médico dijo que tenías que tener la menor presión posible para evitar otro desmayo.-- comentaba.

Mamá, te lo prometoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora