Capítulo 27

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Narra Ariadna

Dos días después, le dieron el alta a mi padre.

Nada más llegar a casa me lo contaron todo.

Me hablaron sobre el cáncer y sobre la amenaza de mi tío Manuel.

Nunca estaríamos tranquilos al parecer.

Los días pasaron rápidamente, convirtiéndose en semanas y sin darnos cuenta 1 mes desde que me enteré de que mi padre estaba muriendo lentamente.

Cada día intentaba pasar el máximo tiempo posible con él y así olvidarme de que estaba mal.

Alan, al parecer, ya se había enterado de muchas de las cosas que habían estado pasando. El pequeño Einstein era más listo de lo que pensábamos.

Empezó a leer libros más avanzados y aprendió tan rápido inglés que si se cruzaba con algún nativo le daba por practicar la lengua.

A la gente la parecía una ricura y no lo iba a negar, pero 24/7 circulando por la casa y escuchándole hablar, era torturador.

También aprendió ha hacer sudocus él sólo...cosa que a papá le cabreó ya que en las quimios se entretenía haciéndolos.

Y cuando se encontraba ya todos hechos se frustraba. En esto, yo empecé a acompañarle. Cuando no tenía clase le pedía a mi madre que me acercara y así le hacia compañía en el hospital.

Se me partía el corazón verle en esa silla con vías por todos lados, pero sabía que esa era la única manera de que se mejorara...de que no se marchara.

También estaba mi novio, que sin duda alguna era de lo mejor que tenía en mi vida.

Me hacía olvidar de todo lo malo que pasaba y también me ayudó con las asignaturas que se me comenzaron a ir dando peor.

Porque a veces todo se me venía encima.

Lo gracioso fue, cuando nuestros padres se enteraron de que estábamos juntos. Las madres muy felices, pero los padres...

Con decir que mi padre acabó tirando a Tobias a la piscina es poco.

Luz también comenzó a pasar más tiempo con nosotros y se convirtió en una más de la familia.

Toc toc-- escuché en la ventana y me giré asustada.

Corrí hacia ella y la abrí.

Amor, ¿sabes que existe la puerta verdad?-- pregunté

I know.-- contestó y me besó.

No, nada de inglés en esta casa, no seas Alan 2.0-- le dije y él se rió.

Se tiró sobre mi cama y yo le observé como se ponía cómodo.

No quería entrar por la puerta porque si no tu padre me volvería a amenazar diciendo que si me pasaba de besos, me sacaría él mismo de las orejas de esta casa.-- habló y yo me senté en el borde de la cama.

Al suegro no le caes bien.-- dije.

Pues se tendrá que acostumbrar, porque cuando tengamos hijos no va a poder seguir mandándome a la verga.-- contestó y noté que el calor se me empezaba a subir por el cuerpo al escuchar "hijos".

Mamá, te lo prometoWhere stories live. Discover now