Giyu Tomioka e Iguro Obanai

Comenzar desde el principio
                                    

—¿Qué debería hacer? Arroz... ¿tempura quizás? Quiero que haya comida antes de que me vaya porque tardaré en volver.

—¿Te irás? —preguntó sorprendido.

—Sí, a una misión.

—¿No es muy pronto? Aún no te recuperas bien de tus heridas, no deberías de ir... Estarás bien aquí, puedo cuidarte y trabajar al mismo tiempo.

Negaste.

—No iré sola, no te preocupes. Estaré bien —respondiste. —¿Entonces que quieres desayunar?

• • •

Te despediste de Obanai con un beso, no pudo corresponder debido a que lo tomaste por sorpresa (lo besaste por encima de las vendas) así que se las quitó  para poder hacerlo correctamente. Acarició tu cabello teniendo una pequeña curva en sus labios. Suspiró.

—Te voy a extrañar —te dijo mientras desviaba la mirada. —Te quiero mucho, _______.

Yo te amo —reíste.

—También yo —respondió. —Cuídate.

Asentiste y comenzaste a caminar, lo suficientemente lejos como para que no escuchara tus preocupaciones. Cada que le decías "te amo" el respondía un yo también pero nunca lo dijo él, seguía diciendo "te quiero". Él debería entender perfectamente tu analogía estúpida entre el amar y el querer. Pateaste un árbol y seguiste caminando, Iguro parece haber cambiando en verdad pero no encuentras el lugar en donde estás dentro de su corazón, quizás está escondido por ser importante pero no sentimentalmente si no que, sería más como un amistad. Ya ni tú amistad con Giyu es de esa forma.

—¿Estás bien _______?

Hablando del rey de Roma...

Te asustaste en cuando escuchaste su voz, tragaste saliva retrocediendo un paso debido al susto.

—¡Giyu! —le dijiste mientras le mirabas a los ojos y tu rostro se ponía rojo.

—¿Hice algo mal? —preguntó confundido ladeando la cabeza. —¿Te asusté? Perdón.

—No... Gracias por preocuparte, gracias por siempre preocuparte de hecho —lo miraste acercándote a él.

Abriste los brazos, Giyu de inmediato te tomó la rodearte con los suyos. Extrema calidez... Esa tranquilidad que sientes a su lado, maldición es realmente buena. Lo apretaste con fuerza y él se dio cuenta de esto, en vez de quejarse empezó a acariciarte la cabeza, te relajaste aún más en sus brazos, sentías que estabas flotando sobre agua, siendo acariciada por esta.

—Te amo —soltó de repente sacándote del trance. —Si él no lo dice primero, quiero hacerlo yo y que estés feliz, así como yo esto y feliz contigo.

—Giyu... —sonreíste mientras te separabas para verlo a la cara. —¡Te amo!

Él sonrió y un pequeño rubo apareció en su rostro.

—Por cierto... ¿Cómo me encontraste? —le preguntaste mientras volvían a caminar. —Pensé que nos veríamos en el pueblo.

—Quería sorprenderte, por eso no dije nada pero cuando te vi tan pensativa no dudé en hablarte —respondió. —Aparte quería darte algo.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora