cincuenta y dos

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Y sí. Miraba el techo, y el celular. Miraba la puerta, volvía la mirada al techo. Tomás durmiendo en el living. Ignacio "en línea" en el Whatsapp. No lo dudé.

Whatsapp. Ignacio.

"Gracias por el peluche, es hermoso. Y gracias por el gesto, siempre atento".

Tecleé y negué con la cabeza. No sabía que decirle, no quería quedar como la mala de la película. Instantáneamente me llegaron muchas caritas largando carcajadas. Levanté una ceja extrañada.

"No pienses que quiero recuperarte, Male. Era imposible no regalarte nada después de tantos años festejando cumpleaños juntos. Ojala seas muy feliz, ojala los dos podamos ser felices. Te quiero, siempre. Suerte"

Sonreí. Era lindo, ¿quién decía que no? Pero era imposible ser amigos, u algo más.

Con todo más o menos arreglado, no lo pensé más y me levanté. Me miré un rato en el espejo antes de abrir la puerta. Lo vi acurrucado en el sillón, con una cara de cansado que se notaba hasta con sus ojos cerrados.

Habíamos estado mirando películas hasta hace pocas horas, y después de acomodar los colchones en las habitaciones, quedó dormido ahí.

Me acerqué hasta el sillón y lo bordeé por detrás. Me apoye un poco en él para verlo mejor y tocarle el pelo. Lo extrañaba mucho. El estaba siempre igual, siempre natural, como si nada pasara.

Me quedé acariciándolo unos minutos hasta sentir que su cara de relajaba. Toda la tranquilidad del momento se arruino cuando el cachorro salió ladrando de la habitación de Sol. Sí, la primera noche y ya me lo habían robado.

–Eu, soy yo- Dije en voz alta cuando lo alcé, intentando que me reconozca y deje de ladrar.

–Vas a tener que ponerle un nombre al perro, Male- Exclamó con una voz de dormido tremenda y me di vuelta sonriendo para mirarlo.

– ¿Cómo te gustaría que se llame?- Pregunté y me acerqué al sillón para sentarme en el lugar que había dejado, a la altura de sus caderas.

–Ignacio- Dijo y me abrazó por la cintura. Largué una carcajada y negué con mi cabeza.

–Tonto, un nombre de perro

–Son las cinco de la mañana, amor- Me habló cerrando sus ojos y me petrifiqué otra vez.

Lo pensé un rato antes de hablar pero sí, ya estaba decidida. Luego de unos minutos en silencio, lo llamé.

–Tomi- Le dije y abrió sus ojos otra vez.

-Quiero que estemos juntos- Lo largué y ahora la que cerré los ojos fui yo, muerta de vergüenza. Sentí aún con mis ojos cerrados como se sentó en el sillón.

– ¿Qué?- Lo escuché reírse y abrí los ojos para pegarle.

Siempre arruinaba todo, ¿no se daba cuenta de lo que me costaba decirle esto?

Me acomodé en el sillón mirando para otro lado. Estaba muerta de vergüenza y no sabía donde meterme hasta que él me llamo.

–Male

Bufé. Giré un poco la cabeza y lo miré.

–Te amo- Dijo y el mundo se me vino encima.

¿Cómo no odiarlo por su naturalidad?

Por supuesto que si, las lágrimas no tardaron el llegar. Toda mi vida había sido muy maricona y me emocionan los momentos claves en mi vida. Y este era uno de ellos, ¿cómo no?

Se acercó para abrazarme y después de unos segundos me miró.

–Decilo otra vez- Me rogó y yo lo mire extrañada.

– ¿Qué cosa? No te rías de mi, pelotudo- Le dije cortando toda la ternura y el largó una carcajada.

Nos miramos unos segundos riéndonos hasta que abrí la boca.

–Quiero que estemos juntos, banana- Admití y el volvió a reír. Me lleno de besos en la cara y yo lo abracé.

No había relación más linda que esta: reírnos con los ojos, querernos con el corazón.

Nos quedamos un rato en el sillón. Abrazados, disfrutando del silencio hasta que sí, el perro empezó a ladrar otra vez.

– ¿Qué mierda estaba pensando cuando compre esta bola de pelos?- Renegó tomándose la cabeza y yo me levanté.

–No le digas así, mira lo que es

–Tiene facha, si- Dijo con voz de dormido y yo reí.

–Vamos a dormir, dale

Propuse caminando hasta mi habitación y lo miré desde la puerta. Dejé al perro en el piso y el vino casi corriendo. Me tiro a la cama abrazándome y besándome como nunca. Hacía mucho no nos sentíamos.

– ¿No tenias sueño, vos?- Pregunté divertida y el rápidamente chitó mientras se sacaba la remera.

Hombres, ¿qué más? Y sí...volvimos a sentirnos, volvimos a ser uno. Pero esta vez juntos, amándonos, disfrutándonos.

❣️
HOLAAAAA, qué tal?
este es el último capítulo y después viene el epílogo
no pensé que iba a pasar todo tan rápido
lxs quiero <3

cambios | c.r.oWhere stories live. Discover now