siete

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Mierda, como me conocía.

-Porque me di cuenta que voy a tener que verlo todos los días y no se muy bien como actuar al respecto- Le confesé sin vueltas

Ella se rió y me miro.

-Solo se vos, amiga. No queda otra- Me dijo sin preocupación y se agachó. La mire extrañada y se quitó los zapatos.

Empezó a caminar con algo de dificultad y sí, le dije:

-Ok, esto es muy extraño

Me reí y la imité.

-Lo bueno del pueblo, Male- Me guiñó el ojo

–Esto es un asco, ¿cuándo van a asfaltar una calle?- Exclamé dolida

–Sh, callate un rato.

Volvimos en silencio y apenas me acosté, me quedé dormida.

.

Me desperté por el sol entrando en la habitación y rápidamente me di cuenta que estaba sola. Hacía un calor insoportable así que me dirigí al baño con mi bikini. Cepillé mis pelos y mis dientes, y después de higienizarme, agarré un short para no ir tan "desubicada".

Mi cabeza tenía un lío importante, ¿qué debía hacer en estos momentos? Jamás me había pasado. Es decir, una cosa es besar a alguien en un boliche y nunca más verlo, pero ¿por qué no pensé en esto antes? Era una situación muy incómoda para mí, venía de salir de una relación larga. No sabía realmente como manejarlo, aunque me había propuesto mantener a Tomás como uno más de los chicos.

Apenas bajé dos escalones, me di cuenta que nada de lo que me había propuesto iba a resultar muy fácil. Tomás estaba en el sillón, jugando con Fran, el hermano de Sol. Tenía, no lo sé, ¿cuatro años? Era una imagen muy tierna y sexy al mismo tiempo. El tenía una musculosa azul que dejaba ver todos sus músculos, y me sorprendí porque, aunque bajo su camisa de ayer se notaba, jamás me imagine que fuese así. Bajé algo sorprendida y cuando estuve completamente abajo el me miro y me sonrojé: estaba en bikini.

Me di vuelta sin saber que hacer y Fran corrió hacia mí y me abrazó. Me agaché para alzarlo y darle un beso.

–Buen día, ¿no?- Me dijo un poco sarcástico. Lo miré.

–Buen día

Esforcé una sonrisa. Era tan lindo, y me la iba a hacer tan difícil.

–Lindas manos

No entendí el comentario hasta que pasé por delante del espejo. Mi short rojo tenía las dos manos de Mickey en mi cola.

Largué una carcajada sin darme cuenta y el se rió.

–Lindo tatuaje

Me dijo mirando el de mi cadera 'confidence'. Sí, me había mirado cualquier rincón del cuerpo que alguien pudiese imaginar y me había puesto nerviosa.

–Linda musculosa- le dije, sin muchas vueltas

Por no decir, lindos músculos. Lindo vos, lindo todo.

Se encogió de hombros y se me acercó. Me dio un beso en la mejilla y salió al patio.

Después de jugar un rato con Fran y esperar a que se durmiera en el sillón; salí y, como era de esperarse, estaban todos los chicos. Hice un saludo general y observé los lugares para sentarme: ninguno.

Alejo rápidamente golpeo sus manos en su falda y me senté sobre el sin mucho problema. Como explique, era el más amigo mío con Mauro. De hecho, nos habíamos besado en ese mismo lugar el verano pasado. Los dos estábamos muy borrachos y no recordábamos más que el beso, aunque nadie más que nosotros lo sabía.

Sonreí al recordar el momento y miré a Tomás casi inconscientemente. Su mirada ardía y arqueé mis cejas para encontrar el motivo. Sin más, negué con mi cabeza y escuché de qué hablaban.

–Gorda, ¿te acordas que te conté que todos los años hacemos un campamento con los chicos para esta época?

Asentí. Nunca había venido en estos meses siendo ya mayor. Cuando era chica pasaba los veranos completos acá, pero en los últimos años solo pasaba una o dos semanas.

–Bueno, este año vamos a hacerlo en las cabañas de mis abuelos, ya que están de vacaciones

Sonreí. Cuando Sol se mudó y veníamos en familia a visitarla porque yo era chica, nos quedábamos en esas cabañas. Estaban un poco alejadas del pueblo, más próximas a una ciudad. Me alegre de pensarlo.

-Por suerte el complejo está cerrado así que vamos a estar solos- Hizo una mueca media malévola y me extrañe.

Abracé a Alejo y me recosté un poco sobre el, estaba un poco dormida. El paso sus manos por mi cintura y se me erizó la piel al recordar que estaba sin remera.

Los chicos siguieron hablando y aunque yo charlaba con Ale, podía ver la mirada de Tomás sobre nosotros.

–Me va a cagar a trompadas- me susurró

Me reí en voz baja y me acerqué más para hablarle.

–En estos momentos estoy bastante incómoda porque no sé como mirarlo después de habérmelo chapado

El hizo una cara de sorprendido muy poco creíble.

–Dale, no te hagas el que no sabías- Le aclaré.

–Ok, me contó Sol- Dijo entre risas. –Pero suena más creíble cuando lo decís vos

Me encogí de hombros.

–No te hagas la cabeza, deja que lo que tenga que pasar pase

Me quedé unos segundos mirándolo a los ojos, no a Tomás, sino a Alejo. Estaba tan en lo cierto.

cambios | c.r.oWhere stories live. Discover now