catorce

4.3K 230 8
                                    

maratón 1/3

El me sacó la cámara de la mano y la prendió. Lo mire divertida y sin muchas vueltas, sacó una foto a mi piernas.

-No seas pajero- Le dije cortándole un poco la fiesta.

–No es de pajero, admiro la belleza

Hice una mueca y le asistí riéndome.

–Quiero preguntarte algo de lo de anoche

El me miró.

– ¿Por qué te preocupa tu futuro?

Largó un gran suspiro.

–Quiero vivir sólo de mi música- Me explicó, no entendía mucho.

-Pero no es tan fácil, mi viejo me exige que trabaje con él en el campo, aparte, ¿quién va a querer escucharme?

Lo mire atenta. Su cara se había puesto algo tensa. No le gustaba hablar mucho del tema, así que no interrogué mucho más. Me pare de un salto y le estire mis manos esperando a que las agarrara.

– ¿Volvemos a las cabañas?- Le dije sonriente.

La situación había sido incómoda porque en verdad no sabía que decirle. No lo conocía mucho, solo quería hacerlo sonreír; y lo logré.

–No- Me dijo seco y se abrazó a mis piernas. -Quiero quedarme con ellas.

Yo largué una carcajada mientras veía como mi piel se erizaba al sentir su contacto.

–Bueno, vamos- Me dijo mientras se paraba y se me prendió la lamparita.

–¿Qué hora es?

Me miró extrañado y miró su reloj.

–Las 10.15

Mierda. Enserio habíamos dormido poco, ¿por qué estábamos tan enérgicos?

–Los chicos probablemente no se despierten hasta el medio día- Me comentó y yo asistí.

– ¿Vamos a comprar algo para comer a la ciudad?- Le dije sin dudar

Su rostro se hizo sonrisa y volvimos a las cabañas para agarrar unas cosas. La ciudad más próxima estaba a menos de 30 kilómetros.

Él entró a la cabaña de los chicos, probablemente a buscar las llaves del auto. Entre a la mía, y tome rápidamente la computadora. Descargué las fotos de la cámara lo más rápido que pude y seleccione algunas. Las pase a mi pendrive y después de tomar algo de dinero y mi celular, salí a buscarlo.

Él ya estaba dentro del auto esperándome, y se veía bastante sexy al volante. Me senté en el asiento del copiloto y lo observé. Espera... ¿qué? ¿Qué es eso?

– ¿Te molesta que fume acá?- Me pregunto.

Aún estaba recuperándome después de ver como el maldito cigarrillo salía de sus labios seguido del humo. Cuando creí que no podría ser más sexy, sí, lo era.

Negué con la cabeza porque las palabras no salían y el se río arrancando el auto.

–No le digas a Alejo, odia que le dejen olor en el auto- Me explicó mientras giraba el volante.

Tuve la necesidad de abrir la ventana para que algo de aire ingrese a mi cuerpo.

El viaje de 20 minutos no tuvo muchos sobresaltos. El estaciono el auto donde yo le pedí. Fui buscando locales para comprar comida y para lo que yo necesitaba.

– ¿Bajas o me esperas?

–Te espero acá- Le dije rápidamente y el bajo sonriente.

Supuse que iba a tardar bastante esperando el almuerzo, así que sin dudarlo salí del auto y me metí en la casa de fotografía para revelar las fotos de mi pendrive. Espere unos minutos y luego de pagar, volví al auto como si nada hubiese pasado.

Me senté algo agitada controlando que el no viniera, y saqué las diez fotos que había revelado. Sonreí como una estúpida al verlo. Cinco eran del paisaje, tres de él y dos nuestras. En cuanto levanté la cabeza y lo vi venir, las escondí debajo de mi camisa y lo espere sonriente.

–¿Por qué sonreís tanto, boba?- Me dijo divertido pasándome la bolsa del almuerzo.

–Extrañaba ver un poco una ciudad- Le dije excusándome y una sonrisa de me escapó de nuevo.

Mierda, Malena. Estas hasta las manos.

❣️

HOLAAA, qué tal se que no me da LA CARA para desaparecerme tantos días pero (bueno no fueron tantos tampoco je) ACÁ TIENEN su recompensa las amo mucho

COMEEEENTEEEN ahre

cambios | c.r.oWhere stories live. Discover now