[Des]Ventajas de una muy masculina y explosiva relación

[Des]Ventaja Número XXII

Bakugou empieza a jugar con el borde de su camiseta con cuidado, haciendo pequeños círculos imaginarios en la piel desnuda de su cadera. Se siente completo al escucharlo jadear más que feliz, por lo que se permite mover sus manos más allá de la molesta ropa y de jugar más profundo entre sus bocas.

Bueno, Eijirou tenía razón. Puede que realmente se haya puesto un poco tenso con la idea de terminar todos los pendientes que sus faltas le habían dado, pero ahora que estaba fundiéndose en esos dulces labios que tanto deseaba realmente sus cuerpo empezaba a relajarse hasta quedar como si estuviera flotando.

Es increíble.

Eso, así. Kirishima se derrite entre sus besos y ante sus cuidadosos toques no puede evitar gemir de puro gusto. Si bien él amaba tomar el control la mayoría de las veces, cuando Bakugou de repente tomaba la iniciativa de mimarlo lo hacía perder completamente la cabeza. Katsuki, Katsuki, Katsuki. Él quiere decir su nombre porque es bastante agradable de pronunciar, pero con la habilidosa lengua del rubio dentro de su boca no es como si pudiera modular más que quejidos sin sentido.

Ambos parecen acordarse que necesitan de oxígeno cuando sus pechos queman y Kirishima es quien se aleja lentamente aún si no quiere hacerlo, su respiración es agitada, Bakugou no está muy diferente a él. Solo le toma unos segundos recuperarse para volverse a pegar a esos labios y acariciar con suavidad el cabello rubio de su nuca, enrollando pequeños mechones entre sus dedos que se deshacen fácilmente. Vaya, ahora que lo notaba Katsuki se estaba dejando el pelo largo...

Kirishima realmente no sabe cuándo es que Bakugou lo ha lanzado en la cama, él solo se deja hacer. Un escalofrío lo recorre de pies a cabeza cuando los dedos del contrario toman un camino por debajo de su ropa interior, sus manos tiemblan, quiere encender su quirk en sus dedos pero se contiene, pues sabe que si lo hace podría lastimarlo.

—Ahh... —Suspira alejándose un poco, necesita tomar aire si no quiere perder la compostura tan pronto. Bakugou le da un descanso a sus labios para irse a su barbilla y bajar a su cuello en un camino de besos y mordidas que le hacen empeorar. Él jadea. —E-Espera, no...

El rubio se detiene ante su llamado y se levanta para observarlo. No puede evitarlo, se sonroja. Kirishima está debajo de él mirándolo con las mejillas explotando en color rojo y con el cabello alborotado, con sus labios temblándole ligeramente y sus ojos cristalizados entrecerrados. Está completamente seguro de que es por mucho la vista más jodidamente linda que pudo haber visto.

— ¿Me pasé? —Pregunta, un poco preocupado de haberse pasado. Definitivamente no le gustaba que Eijirou le dijera ese "No", porque sentía que había hecho algo mal como para incomodarlo y un extraño sentimiento inseguro lo embargaba ante el pensamiento. Se aleja un poco para darle espacio, pero el pelirrojo toma un impulso para levantarse y tomarle de la mano.

—Estoy bien, Katsu. —Responde y Bakugou asiente más calmado. —Solo... no sigas haciendo eso si después vas a estudiar otra vez. —El rubio frunce el ceño unos segundos pero luego entiende al ver la sonrisa nerviosa de su pareja, por lo que suelta un suspiro entre una risa burlona.

— ¿No que querías que tomáramos un descanso?

—....Te voy avisando desde ahora que si vuelves a besarme así ese descanso se extenderá hasta mañana por la mañana.

Bakugou no reprime su sonrisa y le empuja ligeramente, con las mejillas coloradas. —Gilipollas. —Insulta y Kirishima le saca la lengua, con sus colmillos sobresaliendo de manera tierna. Las manos de Bakugou vuelven a tomar su cintura y Kirishima se levanta para volverse a sentar encima, el rubio no lo detiene.

—Me gusta estar aquí. —Dice y coloca su cabeza en el pecho del otro, sus brazos rodean su espalda y se siente lo suficientemente cómodo como para incluso dormirse ahí. El olor natural dulce del rubio lo inunda y Kirishima olfatea su camiseta disfrutando de la cercanía. Katsuki lo mira rodando los ojos.