Argentina

7 2 0
                                    



En el viaje a Argentina me revelaste tu secreto más intimo, sé que confiabas en que sería una de tus últimas vacaciones y querías que supiese la parte de ti que poca gente conocía.
Ese año fue duro para papá y para mí, yo estaba muy rebelde y no atendía a razones, y tú eras la única persona que me calmaba y escuchaba.
Cuando por fin llegamos a Buenos Aires fuimos primero a la Plaza de Mayo, yo tenía un jet lag horrible y andaba casi dormida agarrada al brazo de papá, allí comimos un helado de dulce de leche que no te pudiste terminar y más tarde acabamos en un mercadillo donde me compré un vestido, tú como siempre tratabas de inmortalizar el momento con tu cámara de fotos y no parabas de sacarme en los peores momentos. Los siguientes días se basaron en ver la basura repartida por la ciudad y reírnos en el cementerio de la Recoleta porque querías tocarle el hocico a la estatua de un perro y yo me negaba a que lo hicieras, esa broma y mi intento de acento argentino duró todo el viaje.
Los días siguientes visitamos Ushuaia y pasamos allí la Nochebuena, el paisaje era increíble y tú seguías tomando fotos a la familia, recuerdo que la estancia allí se hizo corta entre nuestros paseos por la isla y las constantes visitas a ésta.
Por último visitamos El Calafate, aterrizamos en un aeropuerto 10 veces más pequeño que Barajas, aquel pueblo  tan desolado fue el sitio que elegiste para contarme tu secreto, pudiste hacerlo en la inmensidad de Buenos Aires o en la naturaleza del fin del mundo pero decidiste un lugar austero y tímido como tú eras, hablaste en el momento más inhóspito, cuando el mundo estaba dormido y yo acariciaba la ventana, entonces te acercaste a mi y me contaste quien verdaderamente eras, me acariciaste el pelo y mientras veíamos atardecer sonreías a las estelas, sabiendo que alguien entendía por fin tu quimera.

Moi-même ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora