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Se dice que cuando uno calla el corazón habla y el mío está pidiendo a gritos un rescate, que no se pide con palabras.

Te es insignificante mi sufrimiento y mis ganas de salir corriendo de esta isla desierta que tienes por enredo.

Y entiendo tu enfado y tus ganas de sacrificar todo lo malo por solo ver algo bueno, pero yo también soy esas noches bohemias y esas resacas certeras que tenías cuando te ahogabas en mis lágrimas y no podías retener un aullido austero insignificante para terceros.

Sabes que te quiero aunque a veces no lo demuestre con palabras y tenga que desgarrarme las entrañas para sacarme el corazón y plantarlo en la puerta de tu casa, para que le des una patada y lo envíes a pudrirse dentro de mi alma.

De nuevo aunque tú no quieras te volveré a mirar a los ojos, porque ya sabes que soy una suicida con el antojo del rojo de tus pupilas.

Y te voy a matar a besos, a versos o simplemente a miradas. Pero solo cuando decidas contestar mi llamada.

Tu inspiración
Lady Madrid

Moi-même ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora