Conflicto de interés

Franja

El sol estaba en alto. En el horizonte, si uno se fijaba cautelosamente, podría atisbar una pequeña franja de distinto color. Parecía indicar que no faltaba mucho para que empezaran a salir tonos cobrizos.

Estaba bastante aburrido... Había ido demasiado pronto. Se sintió molesto por estar ahí, de cuclillas sobre una roca, habiendo llegado con tanto tiempo de margen. Eran los nervios. Ignoraba que esa fuera la razón, porque si fuera consciente de ello...

...Estaría aún más molesto.

Aunque, en realidad, no sabía con certeza la hora que era. La había mirado hacía ya un rato, pero no sabía cuánto tiempo había pasado desde entonces. Se le hacía eterno.

Empezó a gruñir. Se rascó el dorso de la cabeza y torció el cuello hacia un lado. No podía creerse que realmente estaba haciendo aquello. Quizás aún podía irse y fingir que...

—¡Ah, Guzma! —saludó Kukui, al tiempo que se acercaba—. Disculpa. Espero no haberte hecho esperar mucho tiempo.

—Deja de decir tantas memeces —refunfuñó, aunque por fin pudiera dejar de esperar.

—¡Ja! —rió—. Está bien. Me alegro de verte.

—¿Estás mal de ahí arriba? —preguntó, torciendo el gesto con desconcierto y cierto desprecio.

—¡Qué va! Somos amigos, ¡es normal que me alegre de verte!

—... —se mantuvo en silencio un rato. Le observó durante ese lapso—. ¿Acaso no recuerdas que soy el líder del Team Skull?

—Lo sé —respondió con quietud—. Me lo pones difícil con eso, pero te sigo viendo como mi amigo. ¡En fin! —decidió cambiar el trascurso de la conversación—. ¿De qué querías hablarme?