Contexto

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Se mantuvo a su alrededor durante un rato. El suficiente.
Guzma estaba quieto. Un poco encorvado. Más de lo habitual. Miraba de lado a lado sin saber qué hacer. Sin entender lo que estaba pasando.

Sun se separó, risueño, del todo ajeno al contexto que le rodeaba. No parecía ser plenamente consciente de sus actos. Era como si viviera en un plano existencial distinto que nadie más percibía.

—... —frunció el ceño y torció el labio, mirando al joven entrenador.

Éste seguía sonriendo con toda su ingenuidad. Le devolvía la mirada, expectante, esperando averiguar qué debían hacer ahora.

—... —siguió remarcando su expresión mientras se acercaba, lentamente, al mostrador.

El pequeño iba a su lado, sin decir nada. Su gesto no había cambiado.

—... Vale... —murmuró casi para sí mismo, como si finalmente hubiera empezado a procesar aquello.

Llegaron a caja y sacó su billetera con despreocupación, rebuscando por entre las secciones.

—¿Cuánto es? —preguntó sin siquiera mirar a la dependienta, señalando vagamente el atuendo que llevaba Sun.

Pasó un segundo. Pasaron dos segundos. No recibía respuesta.

Dio un manotazo al mostrador, resonando un golpe firme y seco.

¿¡Eh!? —sus ojos negros miraban ahora a la dependienta, que se había asustado y por fin le había contestado—. Bien —añadió entonces con suma indiferencia, dejando el dinero con desgano—. Vamos.

Salieron de la Boutique. El líder del Team Skull seguía caminando sin rumbo fijo con las manos entre los bolsillos. Parecía pensativo. Sun lo detuvo con un pequeño tirón en la manga.
Cuando se giró a verle, éste estaba sacando su pequeño monedero de la bolsa.

—Eh, eh —musitó—, quieto ahí. Considéralo un agradecimiento por contactarme con Kukui. Guarda eso. ¿Estamos?

Conflicto de interésWhere stories live. Discover now