Conflicto de interés

Sonrisa

Los dos compañeros hicieron caso. Volvieron a sus respectivos asientos, a la vez que Kukui se erguía frente a ellos. Estaba entre la televisión y la mesita con sus aperitivos. Tenía los brazos arqueados, cada uno con el puño sobre la pelvis. Sus piernas estaban un tanto separadas entre sí. Su aspecto general habría sido de liderazgo nato, firme y ceñido... Si no fuera porque tenía medio torso al descubierto y una sonrisa parental, orgullosa, en su rostro. Irradiaba familiaridad.
Sun se preguntó si Guzma lo percibía de la misma manera en que lo hacía él en ese instante. ¿Había desertado aquél combate después de presenciar la esencia firme y parental del Profesor Kukui? ¿O había alguna otra razón de fondo? Por un momento miró a Gladio, cuestionándose si él lo sabría.

—Sun —éste volvió sus ojos—, Gladio, Tilo —los llamó el Profesor—. Seguid esforzándoos al máximo. Seguid juntos. Seguid siendo igual de enérgicos. Vuestras ansias de juventud están dando sus frutos, y me resultan más que deslumbrantes —hizo una pausa—. ¡Menos mal que llevo gafas! —y se echó a reír.

Los tres habían escuchado con detalle sus palabras, inmóviles en cuerpo pero inquietos en mente. Sintieron una especie de decepción al final del discurso, pero la sensación de desconcierto sería más precisa. Pese a ello podían notar las buenas intenciones que tenía. Sus verdaderas esperanzas. Podían notar que confiaba plenamente en ellos. Y eso les hizo felices.