Malasada

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Gladio deslizó su cabeza hasta tenerla apoyada sobre los hombros de su acompañante, aún rozándose con él. Soltó un pequeño murmullo y añadió:

—Podríamos ir a por unas malasadas.

Aún incapaz de moverse y con su quietud habitual, Sun asintió silencioso. El rubio soltó entonces sus brazos y deslizó cuidadosamente los dedos de su mano derecha desde el extremo derecho hasta el izquierdo, tan sólo para poder percibir su figura unos segundos más antes de separarse definitivamente.
Una vez terminado este pequeño ritual, miró al frente y empezó a andar, asumiendo que Sun le seguiría el paso. La Rotomdex, por su parte, volvió a su escondrijo; mientras que Rockruff se limitó a mirar e ir tras ellos agitando la cola animosamente.

Dieron varios giros, entraron a alguna otra tienda, ayudaron a algún pequeño niño en apuros, y mientras que seguían su ruta en busca de unas malasadas, se encontraron con Tilo.

—¡Suuuuuuunnnnn! —saludó a la vez que se acercaba corriendo—, ¡Gladiooooooooo!

Se detuvo a poca distancia frente a ellos, tratando de recuperar rápidamente el aliento. Se echó para atrás un par de mechones de pelo, y volvió a saludar sonriente.

—¿Os venís a por unas malasadas? ¡Que estamos justo al lado! ¡Yo invito! ¡Venga, vamos, vamos! —empezó a llevárselos de la mano hacia la tienda, sin siquiera darles tiempo de responder.

Conflicto de interésWhere stories live. Discover now