Demonio

45.- Verdadera Naturaleza.

Negué, no podía seguir dudando, solo estábamos los dos y lo que pasara mas adelante después de esto seria cuestión de nosotros. Hice puño mis manos y retuve el aire en mis pulmones unos segundos a la vez que la miraba fijamente.

- Me gusta A- me interrumpió una enfermera que vino a verificar que todo este bien con Eleanor.

Me quede con la boca abierta mientras Zoey se levantaba para hacerle una alegre charla mientras estaba en la habitación. Era como si el Universo no quisiera que se lo diga, es una señal.

Ya me estaba poniendo paranoico.

Necesitaba tranquilizarme, salí de la habitación y prácticamente corrí al ascensor que por suerte estaba vació y con las puertas a punto de cerrarse. Al bajar pase por la cafetería del hospital para llegar a las puertas traseras, era una zona restringida solo para el personal autorizado.

Este llevaba al estacionamiento apartado y reservado, comencé a dar vueltas por todo el lugar a la vez que intentaba pensar con la mente fría lo que diría.

Porque si lo hacia, el sentimiento estaba allí, pero no con ella. Dejarme llevar por la carne es lo mas natural, y mas para un demonio. Un demonio no puede ser malo si tiene a un demonio allí para impedírselo, recuerdo mis propias palabras a la vez que rozamos nuestras manos, como conectamos nuestras miradas..

Me estoy enredando con mis propios cuestionamientos, y lo que trato es de despejar mis dudas y tener una idea clara de lo que le diré cuando vuelva, sin rodeos.

Porque la verdad es que...

- Me gusta Adriano. - lo dije con seguridad, mirando a una pared.

- ¿Te gusta quien? - al oír esa voz quise que me tragara la tierra, no quise voltear a la vez que escuchaba como se acercaba.

Maldición, nada me sale bien. Sigo pensando que son señales para no hacerlo.

Toco mi hombro con su mano para voltearme y verme de frente.

- ¿Desde cuando? - pregunto y mire mis manos para contar los días, me detuvo con un suspiro. - Esta bien enamorarse, solo no lo arruines. - la suave voz de Kaled me dejo confundido, algo había pasado para que estuviera de esa forma.

Se sentó en el borde de el estacionamiento e hice lo mismo antes de preguntarle.

- Perdí a Eleanor. - sus palabras me dejaron congelado... ¿Como que la había perdido?

Me volteo y noto como hay unas notorias ojeras debajo de sus ojos, y sin olvidar los ojos rojos y sin emoción que solía tener el susodicho. Es como si estuviera muriendo por dentro.

- Asmodeo se salio con la suya. - fue lo único que pude predecir de sus palabras, tenemos que hacer algo para que las cosas no se salgan de las manos. - Iremos a rescatarla, todos. - le afirme con ánimos para que al menos levantara la cabeza.

Pero negó. 

- Si sobrevive... - aunque lo haya susurrado lo escuche claramente. No puede ser, por eso no había ocurrido nada extraño estos últimos días en el hospital, no había señales de que... Eleanor estuviera luchando contra su oscuridad.

Ahora soy el que esta mirando el suelo con las esperanzas desapareciendo.

- ¿Kaled? - su voz a nuestras espaldas me hizo voltear rápidamente para ver como Adriano estaba cerrando la puerta detrás de el. 

Mi corazón estallo en fuertes latidos que tuve que poner mi mano en mi pecho para calmarlo un poco, desde cuando me había puesto de esta manera con el... ¿Cuanto lo había extrañado?