43.- Esperando un milagro

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Kaled' s POV

Salió Alala de la habitación envuelta en una bata y de inmediato me acerqué a ella a pedirle una explicación. Sé que ella sabrá que hacer, siempre lo sabe.

La persona que dio la idea de que Alala saliera del cuerpo fue Cinco al creer que lo que fuera que estuviera consumiendo a Eleanor iba a terminar llegando a ella.

No me pude creer nada, verla así en medio de la arena. Tan indefensa y a la vez despiadada. Esta no es la Eleanor que yo conocí, la maldad la tentó a que hiciera todo lo que no quería.

Necesitaba alguien que la salve de ella misma, me necesitaba a mí.

Ver negar a Alala y alejarse junto Cinco me dejó malas expectativas de lo que ocurrió. Gabriel a mi lado permanecía callado y sin moverse, sentía que estaba solo.

Con la intención de abrir la puerta y sacudir a Eleanor para obligarla a reaccionar me detienen.

- Dale algo de tiempo. - me dijo el ángel, pero yo no esperaría, yo no quería esperar más para ayudarla.

- ¡ATRÉVETE! - un gritó dentro de la habitación nos alertó más no entramos.

Nos mantuvimos al margen desde afuera, sus gritos y llantos me tenían de los nervios. Si seguía diciendo mi nombre de esa forma entraría sin importarme nada ni nadie.

Y así.. pasaron las horas.

Nadie nos decía nada, sus súplicas y gritos eran callados a las horas por el cansancio. No entramos pero tampoco nos fuimos, de horas pasaron a días y de días a semanas.

Eleanor no hablaba con nadie y perdía el brillo en los ojos que la identificaba, sentía que la perdia con cada día que pasaba. Después de tres semanas por fin pude entrar a verla... me arrepentí al instante.

Estaba rasguñada por todos lados, la sangre y los restos de piel en sus uñas me confirmaban lo que temía, el cabello enmarañado y los ojos perdidos. Suspire y me acerqué lentamente, hice ademán de sentirme en la cama junto a ella pero unos ojos completamente negros me fulminaron.

- ¿Qué es lo que quieres? - preguntó con voz ronca de tanto gritar. No había parado de rogar y luchar, pero al final siempre terminaba cediendo a la oscuridad.

No quería mostrarme vulnerable por lo que negué y respire hondo.

- Eleanor.. yo-

- Ella no está, no te escucha. - dijo entre dientes mientras sonreía.

Baje la cabeza mordiendo mi lengua para evitar sollozar o gritar, lo mejor era esperar a que todo mejorara. La mire a los ojos después de unos pocos minutos en los que su miraba intimidante y sus palabras traspasan mi barrera, decidí irme pero antes quise dejarle en claro algo.

- Eleanor.. - hablé y gruñó. - Lo lograrás, hermosa. - sonreí de lado y salí de la habitación suspirando pesadamente.

Más gritos se escucharon en la habitación y tuve que obligar a mis pies a moverse deprisa antes de querer volver a entrar y herirme. Corrí lejos mientras unos pasos acelerados se acercaban a la habitación.

Habían pasado dos semanas más..

No había visitado a Eleanor desde la semana pasada, temía alterarla. La anterior vez gritó y sufrió tanto que se empezó a rasguñar con brusquedad logrando que la ataran con más fuerza, me prohibieron que la vea hasta que se calme.

Alala me dijo que hice bien, pero Gabriel me dijo que la lastimé.

Entonces deduje que si estaba alejado de ella... estaría bien. Pero me destruía no estar a su lado ¿Como dejar a la persona que amas cuando más te necesita?

DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora