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Ambos omegas revisaron el alrededor con la mirada. Aún confundidos y nerviosos debido a que, ni sus parejas le habían dicho lo que estaba pasando.

Era una especie de junta y todos estaban en sus formas lobunas, por lo que algo importante debía estar por suceder.

Fue entonces que ambos lo entendieron.

Estaban vestidos de blanco, en un claro, rodeados por todos los lobos de la manada y sus compañeros esperándolos bajo la luz de la luna y a la orilla del pequeño lago.

Era su integración a la manada.

Ambos alfas tenían los ojos de un color dorado y alzaron sus diestras, llamando en silencio a sus compañeros.

Taehyung se acercó a paso lento, nervioso, hasta quedar frente al mayor. Hoseok tomó con delicadeza sus mejillas e inclinó su cabeza, besando con dulzura su frente.

‒Esto será rápido, bebé. No tengas miedo... ‒pidió en un susurro que él respondió con un asentimiento.

A ambos omegas les fue trazada una luna creciente en sus frentes, por sus parejas, quienes utilizaron una mezcla de lodo y hierbas para hacerlo, e inclinaron sus cabezas besándoles los labios, antes de hacerse a un lado.

Taehyung miró a su amigo con el pánico reflejado en sus ojos, ambos estaban nerviosos, puesto que nunca habían estado en una iniciación, y lo poco que sabían era gracias a los libros o por las historias que Eun Ji les contaba.

Tomaron sus manos, entrelazando sus dedos y miraron a sus lados, encontrando a sus compañeros en sus formas lobunas. Los dos lobos eran completamente negros con ojos dorados, pero con diferencias.

Jungkook era más grande y Hoseok tenía las puntas de sus orejas de un tono más claro, además de un arete en la oreja derecha, cortesía de también tenerlo en su forma humana.

Volvieron la vista al frente y cerraron sus ojos, suspirando e ingresando lentamente al agua.

La manada observaba atentamente el lago, esperando la aparición de los lobos, la cual no tardó en llegar.

Jimin era completamente blanco, como la nieve y sus ojos color avellana le hacia ver aún más hermoso.

Taehyung era de un espeso color negro, con su pecho de un brillante blanco y ojos tan azules como el cielo, o el mar.

La luna les daba un brillo especial y mientras rozaban sus hocicos con sus alfas, escuchaban el aullido de los demás lobos, dándoles la bienvenida oficial a la manada.

Hoseok quedó sin aliento al escuchar el aullido de su niño, al igual que Taehyung al escucharle. Los lobos comenzaron a dispersarse, corriendo por el bosque, jugando entre ellos e integrando a los nuevos lobos.

Era una nueva experiencia para ambos omegas, ya que su antigua manada nunca había sido así de afectuosa. Ambos estaban llorando internamente, pero de felicidad, al fin encontraban su lugar.

Al fin eran libres. Felices.

Jimin se levantó sobre sus patas traseras, lanzándose sobre Taehyung, mordiéndole juguetonamente, antes de trotar lejos de él, girándose e inclinándose sobre sus cuartos delanteros, meciendo su colita.

Taehyung se giró al ser atacado por su amigo y de estar en sus formas humanas, le estaría mirando con una ceja alzada, antes de sonreír y correr tras él.

Jungkook y Hoseok se sentaron uno al lado del otro, observando a sus parejas jugar entre sí, riendo internamente.

Esa tarde, hacía algunas horas de hecho, Hoseok le había besado en su oficina, murmurando que ese día era especial, tenían algo muy importante que hacer, pero que era una sorpresa.

Mi Omega II: Mi Enojón Omega ||HopeV||Where stories live. Discover now