ALPHA

Capitulo 3

Narrador omnisciente:
Dalia andaba de arriba y abajo arreglando y poniendo todo en su lugar, hasta que terminó y estaba que ya no daba para más por el cansancio, estaba tan cansada que cuando se dirigía la terraza con unas tazas de café en la mano no vio lo ancho de aquella mesa y con las manos muy temblorosas derramó un poco de café en la vestimenta de su luna.
Dalia estaba muerta del miedo imaginando los tipos de castigo que le darán por aquella falta así que rápidamente dijo.

- Lo lo siento tanto luna discúlpeme.- dijo Dalia rápidamente, poniéndose de rodillas y temblando de miedo.

- Como te atreves!!- gritó la luna dándole una bofetada.

- Guardias llévensela al calabozo y castiguenla ahora!!- gritó el Alfa mirando de mal forma aquella Omega que se encontraba en el piso.

- Si Alfa- dijeron al unísono mientras la llevaban arrastras al calabozo mientras Dalia lloraba.

Narra Dalia: ya no puedo más, me duele todo el cuerpo. Y aún así vinieron a llamarme, para atender al rey ALPHA y a Karla; ya que en pocos minutos llegarán así que como pude me puse de pie y salí corriendo asía el cuarto ignorando el dolor en mi cuerpo. Cuando llegué agarre una bufanda y me cubrí el rostro, cuando ya estaba lista baje y me encontré a lo lejos a Karla y a un hombre súper guapo, me puse muy nerviosa....o, no.. el, el es mi mate y al parecer aún no lo nota bien todo está bien ahora se que todo terminará para mi.

- Que esperas ayuda a tu reina- dijeron al mismo tiempo viendo como se acercaban poco a poco.

- Si por supuesto - conteste y fui por las maletas en el coche y llevándolas al cuarto, pero cuando pase por su lado, me quedo mirando muy fijamente, haciendo que Karla me mire muy...pero muy mal.

- Qué haces omega date prisa- dijo y me empujó haciendo que me resbalara y caiga al piso.

- Si señorita con su permiso me retiro.- dije levantándome y llevando las maletas al cuarto.

- Quien es ella y como se llama? - pregunto curioso.

- No importa mi amor vamos con mis padres...ven. -dijo Karla feliz y sonriendo falsamente mirando de reojo a su amiga esmeralda.