Jeon JungKook fue juzgado desde la infancia por algo que salió de sus manos y su padre se encargó de hacerle vivir un infierno en vida mediante la insensibilidad y el desinterés. Pasó años buscando una aprobación que jamás llegó y, en cambio, más ma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya eran aproximadamente las doce del mediodía cuando JungKook descendía las escaleras con tranquilidad de camino al comedor. Hoy había decidido comer en la mansión junto los demás después de días.
No había olvidado todo lo que había pasado anoche y no sabía cómo sentirse. Primero, estaba angustiado y algo ofuscado por haber sido expulsado de la academia y probablemente perdería su beca por eso. Pero, por otro lado, había podido dormir muy bien gracias a lo que había pasado con TaeHyung.
Salió de sus pensamientos cuando, antes de llegar a la cocina, su brazo fue jalado y su espalda fue estampada contra la pared, haciéndolo abrir los ojos de par en par. Lo siguiente que sintió, fueron unos labios fogosos posarse sobre los suyos, su cadera siendo apretada con una mano y un cuerpo apresándolo.
Tardó algunos segundos en dilucidar que TaeHyung lo estaba besando profundo, pero cuando lo hizo, cerró los ojos y correspondió, complacido. Sus manos viajaron al pecho del alfa, no sabía exactamente desde qué momento, producto de la impresión.
Uno de los brazos de TaeHyung estaba apoyado en la pared, permitiéndole más estabilidad para seguir devorando sus labios con fervor. El omega no dudó en abrir la boca en el momento que la lengua de TaeHyung pidió permiso para introducirse. Ahora sus lenguas batallaban por ver quién dominaría el beso, pero era claro quien lo hacía.
TaeHyung atrapó el labio inferior de JungKook y lo chupó, para después morderlo y separarse. Abrieron los ojos y se miraron.
—¡TaeHyung, JungKook! ¡¿Dónde se metieron?! ¡Se les va a enfriar la comida! —exclamó SeokJin desde el comedor.
El alfa tomó la cintura de JungKook con ambas manos, mientras que ambos recuperaban sus respiraciones. TaeHyung sonrió de lado y volvió a besarlo, esta vez un beso más corto, y luego caminó al comedor.
JungKook sonrió de lado y esperó unos instantes antes de avanzar también hacia allá, esperando algún tiempo para que nadie sospechara.
Llegó al comedor, donde TaeHyung ya estaba sentado, al igual que SeokJin y NamJoon, quienes ni siquiera levantaron la mirada para saludarlo u observarlo.
JungKook se sentó en una silla, frente a la cual se encontraba su plato, y sin esperar mucho más, empezó a comer.
El silencio era perceptible, casi escalofriante. JungKook levantó la vista varias veces para mirar a los dos mayores frente a él, pero ellos lo estaban ignorando. El ambiente era tenso, haciendo cada bocado tortuoso para JungKook.
—JungKook y yo fuimos a la casa de JiMin ayer —TaeHyung rompió el hielo, llenando el silencio con su grave voz—. YoonGi estaba allí, y nos invitó a una fiesta de gala que se hará el viernes por la noche —carraspeó, incómodo—. Nos pidió que les avisáramos, también están invitados —finalizó, volviendo a su plato de comida.
NamJoon asintió secamente, limitándose a responder con un sonido gutural.
—Bien —respondió SeokJin, simplemente, para luego seguir comiendo.
