Capitulo 39

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Sebastian se duchó y vistió a la velocidad del rayo, y mientras él jugaba a la isla del tesoro, _______ permaneció en la cocina, hablando con Sam y Silvia.

— ¿Puedo preguntaros una cosa? —_______ se dirigió a ambos y se sirvió un poco más de té. Le fascinaba que en ese país creyesen que esa bebida podía solucionarlo casi todo.

—Claro —Respondió Silvia en nombre de los dos, aceptando la taza que le ofrecía—, dispara.

— ¿Cómo era el padre de Sebastian?

Sam y Silvia se miraron el uno al otro como decidiendo quién iba a contestar, finalmente lo hizo Sam

— ¿Tú no lo conocías?

—No mucho —contestó _______ y tomó un sorbo—. Sebastian pasaba mucho tiempo en mi casa, pero a sus padres sólo los vi un par de veces cuando venían a buscarlo. Creo que nunca juntos. Su padre era muy guapo, creo que Sebastian se parece mucho a él, y muy serio. Su madre era también muy guapa y siempre iba muy arreglada.

— ¿Sabes por qué se divorciaron?

—No muy bien, pero me acuerdo de lo triste que estaba él. Recuerdo que vino a casa con una maleta, y que cuando mi madre lo abrazó, se echó a llorar. —_______ se emocionó al pensar en ese día—. Chris, mi hermano mayor, le dio también un abrazo, y sin decir nada salieron a pasear. Siempre ha sido parco en palabras.

—Gloria dejó a Rupert por otro hombre —La interrumpió Silvia—. Según nos contó el propio Seb, ya hacía meses que se veían, y cuando ella se quedó embarazada, los abandonó. Rupert se derrumbó. No podía entender lo que estaba pasando, y empezó a beber.

—Al principio no bebía mucho —Continuó Sam—, pero a medida que avanzaba el divorcio y que él veía que ella había formado una nueva familia, como si él y Seb no existieran, bebía cada vez más. Seguía viviendo en España, pero venía a Inglaterra muy a menudo. —Sam se pasó las manos por el pelo—. Yo conocí a Rupert en la universidad, y aunque no éramos amigos siempre lo admiré como periodista. Su mejor amigo era Steve Gainsborough, el director de "The Scope", y creo que éste intentó ayudarlo tanto como pudo. Aunque no sirviera de mucho.

—Todo lo sabemos por Seb —Intervino Silvia—, y por su abuela. ¿Conoces a Nana?

—Sí —Respondió _______ aturdida. No sabía cómo digerir tanta información—. ¿Y el cáncer? Mi hermano me contó que Rupert murió de cáncer.

—Es cierto, pero él se encargó de ahorrarle mucho trabajo —Respondió Sam—. ¿Te he contado alguna vez como conocí a Seb?

—No.

—Yo trabajaba como director de contenidos para un grupo editorial al que pertenecen casi todos los periódicos locales de Inglaterra, y un día casi me da un infarto al leer un artículo publicado en uno de esos periódicos.

—Es ese artículo que leíste ayer —Apuntó Silvia.

—Mi primera reacción fue despedir a quien lo había escrito, pero luego pensé que sería mucho mejor utilizar todo ese talento para mejores fines. Así que fui a buscarlo. Cuando llegué a la redacción de ese periódico, me dijeron que Seb se había ido, que su padre acababa de morir y que si quería encontrarlo, podía intentarlo en el pub de la esquina.

— ¿En el pub? —_______ estaba sorprendida. No recordaba haber visto beber a Sebastian.

—Sí. —Sam se frotó los ojos—. Cuando entré allí, vi a un chico de unos veinte años sentado a la barra, frente a una botella sin abrir y con los ojos llenos de lágrimas.

Silvia acarició la espalda de su marido para animarlo a continuar.

—Me presenté y le dije que quería contratarlo. Él no me respondió, se limitó a mirarme a los ojos y a preguntarme si conocía a Rupert Stan. Le dije que sí, y entonces me dijo: «Pues cuéntame cómo era, porque lo que yo sé de él quiero olvidarlo». Le conté lo que yo recordaba de su padre de nuestra época universitaria, y poco a poco empezamos a hablar de otras cosas. Cuando el pub iba a cerrar, lo invité a venir aquí.

—Yo estaba embarazadísima —Añadió Silvia— y recuerdo que cuando vi a Seb me entraron ganas de llorar. Ya sabes lo sensibles que están las embarazadas... Parecía tan triste y solo.

—Lo contraté —Prosiguió Sam—. Al principio nos peleábamos constantemente, ya sabes lo testarudo que es, pero nos hicimos amigos.

—La verdad es que los dos lo queremos mucho —Dijo Silvia—. Por eso estamos tan contentos de que te haya encontrado.

—Bueno, no sé si él me ha encontrado a mí o yo a él, pero no tengo intención de dejarlo escapar. Lo único que quiero es encontrar el modo de hacerle feliz. —_______ se mordió nerviosa el labio—. Y para lograrlo necesito vuestra ayuda.

—Él nunca habla mucho de todo aquello —Comentó Sam—, pero al parecer su madre no sólo abandonó a su padre, sino también a él. Por lo que sé, Gloria no quiso volver a saber nada de su hijo.

— ¿Cómo pudo ser capaz de hacer algo así? —Preguntó Silvia indignada—. Una cosa es querer divorciarte de tu marido, pero ¿No querer ver más a un hijo tuyo? ¡Es indignante!

—Además, cuando Rupert empezó a beber, no sólo arruinó su salud, sino también la reputación que tenía como periodista. Ya sabes cómo es la gente. Desde su muerte, lo que se recuerda de él es que era un borracho. Nadie se acuerda ya de lo fantásticos que eran sus artículos antes de la bebida. Seb lo pasó muy mal, no puedo ni imaginar lo que se debe de sentir al ver cómo tu padre se destruye por culpa de una mujer que ni siquiera se lo merece. —Sam tomó aire—. Bueno, ahora ya sabes todo lo que nosotros sabemos.

—Gracias por contármelo —Respondió _______ aún emocionada.

—Será mejor que cambiemos de tema —Propuso Silvia mirando por la ventana de la cocina—. Por ahí vienen Barba Negra y sus compinches.

_______ se bebió el té que quedaba en su tasa, se levantó y salió al jardín al encuentro de su pirata favorito.


Nadie Como Tú - Sebastian Stan y tú-Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang