~Capitulo 14~

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Martina:

Tres meses después, tres meses aguantando cantidades de insultos por las fans en Twitter, pensando claramente que soy una puta. Tres meses que he estado soportando todo esto, tres meses que los paparazzis empezaron averiguar de mi, tres meses desde que estoy saliendo en la pantalla. Tres meses de todo esto, pero también, tres meses desde que comencé una relación con Sebastián, ahora estamos juntos y realmente estoy muy feliz, él es el chico que me ilumina en mis días tristes, incluso desde antes lo era.

Adela estaba de acuerdo, pero, realmente sentía que algo le incomodaba cuando yo suspiraba por Sebastián, por así decirlo. Roberto, bueno, a él no le dábamos ni la hora, mientras que Sebastián esté a mi lado, todo está perfecto. Mi nena ya nacerá, tengo fecha para dentro de una semana, estaba ansiosa, realmente que si estaba feliz.

— Y ¿entonces? — le dije con una sonrisa, él me miró y sonrió.

— Y ¿entonces qué? — me preguntó, reí, mientras sentía como me acariciaba.

— ¡Sebastián dime el nombre! — dije, él rio, empecé a reír también.

— Nop — dijo el negando con la cabeza, volví a reír, pero luego hice un puchero.

— ¡Por favor! — rogué. Él volvió a negar, hace ya tres días me dijo que tenía el nombre perfecto para nuestra nena, pero me dejó con la duda todos los demás días.

Escuché un suspiro.

— Alma — susurró. Lo miré sin entender. — Alma Sofía Obando Stoessel — dijo. Lo miré, mis ojos estaban brillando con mucha intensidad.

Alma Sofía Obando Stoessel ¡ERA PERFECTO!, hermoso, muy hermoso, lo amé, realmente que sí, me levante de sus piernas y lo besé, lo besé con tanta intensidad, con tanto frenesí, amaba sus besos y que él me besara como tal, era hermoso. Pero entonces..

— ¡AHHHH! — grité, Sebastián se alejó asustado, sentí como todo mi cuerpo comenzaba a consumirse de dolor, puse la mano en mi remera, ¡mojado!

— ¿Qué pasa bonita? ¿Qué pasa? — me dijo asustado, iba a responder pero otro.

— ¡Ahhhh! ¡Mierda! Sebastián duele — dije, ¿qué pasaba?, puse mi mano en mi parte íntima, mojada, mierda, se me rompió la bolsa, pero ¿cómo?, faltaba una semana.

— ¡Andrés! — llamó Sebastián, Andrés vino hacia nosotros, abrió los ojos como platos al verme en el césped acostada, retorciéndome de  dolor, Sebastián rápidamente me levantó — ¡El auto Andrés! Ya va a nacer, tenemos que llevarla a la clínica. — dijo Sebastián, caminando conmigo en brazos —

— ¡Maria trae el bolso de la nena! — dijo gritando.

Sentía como todo en mi interior se rompía, como me dolía joder, dolía y demasiado, las lágrimas comenzaban a caer, por el dolor. María llego rápidamente con el bolso, Sebastián lo tomó, el auto estaba afuera de la casa, mierda, los paparazzis, Sebas salió conmigo mientras Andrés nos cubría.

Ellos hacían preguntas, las típicas, como para verme en este estado, sabían que pronto nacería la supuesta hija de Sebastián Yatra. Todo estaba pasando muy rápido, Sebastián me metió en el coche y Andrés entró, condujo rápido hacia la clínica, yo aún estaba en los brazos de Sebastian, mientras gemía por lo que sentía.

Llegamos, y mierda, ¿como habían llegado tan rápido los paparazzis?, ellos no se perdían nada. Andrés llamó para que me atendieran, rápidamente alguien salió con una silla de ruedas, Sebastián me puso ahí y me besó la frente, mientras yo seguía sintiendo el dolor y retorciéndome por eso. La enfermera me llevo rápido a la sala de emergencias, me pusieron ahí, me sacaron la ropa, todo en unos segundos. Después llegó la doctora Elizabeth, ella me dijo que tenía que respirar profundo y luego votar todo, me llevaron a otra sala, donde todos estaban listos, me desesperé por Sebastián, no aparecía por ningún lado.

De pronto, entro Sebastián y Andrés, los dos con esa típica vestimenta azul, ¿Andrés también estará?, entonces vi una cámara en su mano, mierda, grabaría todo. Sebastián se puso a mi lado, me sonrió, le devolví la sonrisa débilmente, me tomó la mano mientras yo respiraba rápidamente. Oh, dolía, la doctora estaba lista, las enfermeras igual, tenían todo listo.

— Bien Martina, aún no estás totalmente lista, tenemos que esperar un poco más, hasta que tú útero se habrá completamente, esto dolerá, pero tienes que aguantar, cuando diga "puja" lo haces ¿si?, respiras y luego exhalas, y así sucesivamente.

Asentí a lo que ella dijo, sentía como preparaban todo, mi hija estaba a punto de nacer, ¡por fin!, estaba a punto de nacer y todo esto llevaría a descubrir toda la verdad, miré a Sebastián, estaba atento a todo, Andrés grababa, sentí la mano de Sebastián apretarme, entonces sentí algo en mi interior.

— Martina ¡puja! — Y entonces todas mis fuerzas lo dejé para el parto. Puja, puja, puja, escuchaba a la doctora.

— ¡Ahhhh! — grité, mientras pujaba.

— ¡Más Martina! — dijo, sentí la mano de Sebastián en todo momento, sentí como algo estaba a punto de salir, miré a Sebastián mientras volvía a tomar las fuerzas, él miraba atento a la doctora, mientras sentía su apretón, él estaba nervioso, claro que si.

Estuvimos así un buen rato, "puja" todos unos minutos. Volví a pujar, fuerte, muy fuerte, dejándolo todo, ya no podía más. Sebastián me ayudaba a pararme para sentarme y pujar, sentía sudor en mi frente, una enfermera se encargaba de quitármelo.

— ¡Ahhhh! - Volví a gritar, dolía, mucho. — Sebas ya no puedo.

— Claro que puedes mi amor, tú puedes. — me sonrió.

Entonces puje de nuevo, más fuerte aún, sentía cómo todo en mi interior se apagaba.

— ¡Puja más Martina! — dijo la doctora, era un dolor insoportable, más que el querer pujar, era cansado. Y fue ahí cuando lo sentí, un llanto, de un bebé, lo sentí, sentí como lloraba fuertemente, miré como la doctora la tomaba en sus brazos y la dejaba a mi vista para poder verla, sonreí débilmente, ella se la pasó a una enfermera.

— Martina tuviste una hermosa niña — dijo ella. — Felicidades a ambos— dijo mirándome y luego a Sebastián.

Sonreí, sentí como ella se preocupada por mi estado, pero estaba tan cansada que apenas podía mantener los ojos abiertos, sentí como alguien estaba a mi lado, era Sebastián, sostenía a la bebé, me la puso cuidadosamente en mi pecho, sonreí al verla, como dejo de llorar, estaba envuelta en una manta, aún llena de sangre, sonreí y le di un beso en la frente, en esa frente tan pequeña, mi bebé,  después de tanto la tenía conmigo.

*

Hay una nueva novela en el perfil, me encantaría que vayan a leerla, se llama ~Detrás de las Cámaras~

Capricho - Sebastini ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora