~ Capitulo 6 ~

1.7K 102 33
                                    


MARTINA.

Al llegar a la clínica nos sentamos con María, estaba nerviosa, quería saber el sexo de mi bebé, y esto me tenía emocionada, mucho. Miré la ecografía del bebé, apenas y se veía, bueno, hace un mes atrás. Sonreí, María se acercó y también lo miró.

- ¿Es su hijo? - me preguntó, la miré, confundida, luego entendí, miré hacia otro lado.

- Desearía que no - dije, lo había pensado muy bien, aunque no me arrepentía de nada, aún así, desearía que el bebé que esperaba no sea de Sebastián, así no podría perjudicar su carrera.

- ¿Porque?-

- Uf, hay una lista re larga - le dije, la miré. - pero lo principal, es porque... - suspiré. - No quiero perjudicar su carrera - le dije, ella me miró y me sonrío tristemente. Sentí como las lágrimas pinchaban mis ojos. No, no iba a llorar.

Miré hacia un lado, entonces, todo pasó en cámara lenta, las enfermeras se detenían por la sorpresa, o por la sensualidad a su lado, mi respiración se entrecortó, mi corazón latía con una rapidez apenas contable, no, ni siquiera eso.

- Mierda- dije susurrando mientras bajaba la cabeza.

- ¿Martina Stoessel?- llamaron, me levante rápidamente, vamos, condúzcanme rápido hacía el lugar, antes de que él esté aquí.

-Yo- Mi voz tembló.

- Sígame por favor- dijo, la empecé a seguir.

- ¡Espere!- se escuchó decir detrás de nosotros, mierda, no, no, no, me repetía, es un sueño, dale Tini despertate, despertate carajo, él no está aquí, no, no y no.

- Espere- cerré los ojos fuertemente.

- ¿Usted viene con ella?- preguntó sorprendida la doctora.

- No- respondí.

- Sí- dijo él.

- ¿Sí o no?- dijo impaciente ella.

- Si, soy su amigo, sólo está un poco molesta, ¿verdad Martina? -se puso a mi lado y me miró.

Ardientes ojos café, ardientes ojos café, no caigas, no los mires, son ardientes, dale Martina, vos podés.

Y como dije, ardientes ojos café.

- Si- Mi voz sonó apagada.

- Bien,síganme- nos dijo.

Entonces comenzamos a caminar, sólo que yo iba más rápido, él a mi lado me ponía nerviosa.

Entramos a una gran sala de aparatos, era su oficina, tomamos asiento

- Bien, Martina trajiste los papeles anteriores- me dijo la doctora, asentí, busque en el bolso y se los pasé.

- Vamos a ver, bien, cuatro meses y dos semanas, aún no sabes el sexo ¿verdad? - asentí. - Okey, ¿quieres saberlo?

- Sí - sonreí.

- Okey, ¿aún no te ha pateado? - preguntó divertida la doctora, reí, miré de reojo a Sebastián, él estaba mirándome, volví hacia la doctora.

- No- dije acariciando mi vientre.

- Es normal, seguro en el quinto mes o en el sexto- dijo ella.- Ven, tendrás que quitarte la ropa interior de abajo y ponerte en esa camilla - dijo. Abrí los ojos como platos.

Vi a Sebastián, tenía una pequeña sonrisa divertida de lado.

- Oh, eh... - mi voz tartamudeaba.

- Puedes entrar al baño para cambiarte, sales con esto- Me pasó una toalla para poder cubrirme la cintura, asentí y entre, mierda, eso fue vergonzoso.

Me quité los pantalones, luego mis bragas, me puse la toalla en la cintura y dudosa salí. La doctora estaba arreglando la camilla, y luego se dirigió hacia la máquina dónde uno podía ver al bebé, ella me indicó que me pusiera allí, lo hice, sentí a Sebastián atrás, me estremecí, ni siquiera me había tocado, pero con saber que estaba cerca, provocaba algo en mí.
Sostuve fuertemente la toalla en mi cintura cuando me acosté en la camilla.

La doctora se acercó y me levanto la remera, dejó al descubierto mi estómago, le empezó a hacer un pequeño masaje con una crema.

Después con un aparato en mi vientre, en la pantalla del aparato salió una imagen, era mi bebé, pequeño, pero se podía apreciar.

- Aún es pequeño, pero pronto crecerá. Lo haz estado alimentando muy bien Martina. - me halagó, le sonreí contenta. - ¿Quieres saber ya que es? Está listo. - dijo ella dulcemente.

- Si, por favor. - le dije, ella sonrío.

-Pues Martina, tendrás una bella niña. - me dijo, mis ojos cobraron un increíble brillo, sentí como se me humedecían, no, llorar ahora no.

- Oh- Sólo pude decir eso. Miré a Sebastián, quién miraba la pantalla anonado, sorprendido y tenía un brillo en los ojos.

Entonces supe que el podía creerme, si tan solo...

- Aún te queda tiempo, aliméntala bien, cuídala, cuidado con todo tipo de peligro, no fumes, no bebas, los antojos siempre hay que conseguirlos a de lugar. - sonreí, me ponía contenta saber que Sebastián escuchaba eso, porque, ¿quién más podría complacer mis antojos? Aunque como iba todo, creo que viviría mi embarazo sola.

Asentí, contenta, tenía que pensar en un nombre, pero no sabía cuál, me gustaban muchos.

- Una niña- susurré mientras no podía quitar el tono de sorpresa, amaba los niños, pero también había soñado con tener una niña.

- Bien Martina, anda a cambiarte, ¿quieres una foto? - me preguntó.

- Claro que sí - le dije sonriendo.

Salí de allí y entre al baño, luego me vestí como había venido y salí, vi a Sebastián conversando con la doctora, ella me miró, luego volvió a mirar a Sebastián.

- No es posible hacer una prueba de ADN aún, hasta que la bebé nazca. -abrí los ojos como platos.

Miré a Sebastián, él me miraba afligido.

- Podemos confiar en usted, ¿verdad? -la doctora asintió.

- Sebastián- advertí, por primera vez en mucho tiempo, llamándolo por su nombre.

- No- dijo él negando.

- ¿Qué pasa?-preguntó la doctora.

-No lo hagas- le advertí.

-Necesito saber si esa bebé es mi hija- dijo, la doctora abrió los ojos como platos. Mierda, lo había dicho, miré hacia otro lado avergonzada.

- No puede decirle a nadie -rogué, ella asintió y sonrió.

- Cómo ya lo comenté jóvenes, no podemos realizar ese examen hasta que nazca la niña, hay métodos si, pero son muy peligrosos y no creo que quieras poner en riesgo tu embarazo, ¿verdad Martina? - dijo mirándome.

- No quiero que nada le pase a mi hija- dije negando, miré a Sebastián y lo reté con la mirada. Entendía que él tenía sus dudas, pero si tanto quería saber la verdad, tendría que esperar a que naciera nuestra hija.

- Está bien, esperaremos. - dijo él un poco apenado.

Capricho - Sebastini ✔️Where stories live. Discover now