Kyojuro Rengoku y Senjuro Rengoku

Comenzar desde el principio
                                    

Salieron a caminar un rato al bosque, claro que llevabas tu espada; ¿si se llegaban a encontrar un demonio qué harías? No ibas a ser tan estúpida como para poner en peligro al tranquilo Senjuro, mucho menos ibas a dejar que se asustara por tu culpa y la del demonio. Todo el tiempo fueron agarrados de la mano, viste un tronco que se servía de punte para cruzar un lago, una idea tonta pasó por tu cabeza.

—No lo hagas ______-chan... —te advirtió Senjuro preocupado al sentir que lo soltabas para después correr hacia el tronco. —______-chan por favor...

Bueno también tenías tus momentos así.

Te subiste al tronco caminando con cuidado por encima suyo, Senjuro se quedó en la orilla por si algo llegaba a pasarte. Diste un mal paso o quizás el tronco estaba mojado pero terminaste cayendo al lago. Quedando toda empapada. Senjuro te dio la mano y tú la aceptaste saliendo del lago mientras te sentabas en la tierra. Respiraste hondo porque aunque fue tanto tiempo te caíste de sorpresa y algo de agua entró por tu nariz.

—Eso fue muy tonto —empezaste a reir mientras desabrochabas tu uniforme quedando únicamente en la camisa blanca debajo de este. —Fui muy tonta al pensar que podía cruzar así.

—P-por favor no te digas así _____-chan... —Senjuro desvió la mirada.

Tu blusa blanca se transparentaba y el menor de los Rengoku al ser tan inocente y puro, prefirió no mirar no sólo por respeto si no que vergüenza. ♡

—Creo que viene siendo hora de que volvamos —dijiste mientras te levantabas. —Perdón Senjuro-kun, mi culpa.

—Oh... No te preocupes por favor, ______-chan. Si no volvemos rápido y te cambias de ropa podrías enfermar.

Vaya que sí.
Terminaste enfermandote.

Cuando llegaron de nuevo a casa, comenzaste a estornudar, no sólo fue que te cayeras al agua si no que estuviste caminando con la ropa mojada y el aire frío pegandole a tu cuerpo y cara. Senjuro te llevó a ru habitación, quedándose afuera un ratito para que te pudieras cambiar, cuando lo dejaste entró con mantas calientes.

—Tú antes nos cuidabas... —dijo con melancolía mientras desdoblaba las mantas. —Por favor dejame cuidarte ahora, cuando tú te enfermabas, nadie podía cuidarte porque te estabas encargando de nosotros.

—Senjuro... —sonreíste.

—¿Qué té es el que te gusta, ______-chan?, ¿sigue siendo el mismo de siempre? —preguntó de repente con emoción.

—Yo eh...

—¿Té de lichi? —se levantó. —No sé si haya pero intentaré conseguirlo.

No querías que hiciera eso, cuando salió de la habitación suspiraste mientras veías el techo. Te paraste para agarrar un libro de la estantería de al lado y te volviste a acostar para leer. Te quedaste dormida al cabo de un rato.

Cuando despertaste Senjuro estaba a un lado tuyo casi cabeceando.

Te moviste un poco quejándote, te dolía la garganta; ¿cómo pudiste enfermar tan feo en tan poco tiempo? No sólo eso, también te dolían los moretones que te había dejado tu anterior misión. Tus quejidos despertaron a Senjuro, quien de inmediato te preocupó que tal estabas.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora