"La diosa del Vóley". Así era conocida esta pequeña chica la cual aprovechaba su expulsión para descansar un poco del Vóley. O eso pensaba ella hasta encontrarse con unos molestos cuervos los cuales le causara muchos problemas ¿Sera capaz de encontr...
- Iwaizumi... Tiene novia - me enderecé para mirarlo a los ojos confusa. Haber, es raro que Iwa tenga novia después de tantos años siendo un virgen reprimido, pero no veo el problema Toru a tenido miles.
- ¿Tienes miedo a que te deje de lado? - pregunté desconcertada - porque el no haría eso, lleva años aguantándonos como para tirarlo todo por una tía.
- No es eso - susurró tapando sus ojos - creo que estoy enamorado de él y de verdad duele verlo besándose con esa chica ¿Qué tiene ella que yo no? Encima se ve muy feliz a su lado - y por primera vez comprendí todo.
Siempre había dicho que Toru e Iwa eran como un matrimonio extraño, uno demostraba todo su afecto y cariño. Mientras que el otro se burlaba y protegía desde las sombras. Ambos han estado siempre juntos, por ello llegaron a provocar que la gente creara rumores, consiguiendo que Toru, bajo petición de Iwa, dejara de llamarlo por su nombre, siempre y cuando, sea el único que pueda llamar lo "Iwa-chan".
El otro acepto sin rechistar y se alejo un poco de él, aunque siempre volvían al punto de inicio. Estos rumores se disiparon un poco cuando Toru comenzó a salir con alguna que otra chica, intentando que Iwa no tuviera pareja y, por consiguiente, lo comenzaran a "shippear" con la única chica a su al rededor osea, yo.
Esto jamás nos molesto y lo tomábamos con humor, o bueno, todos menos Toru por el cual la broma quedo olvidada. Él siempre a perseguido a Iwa, siendo incluso muy dependiente. Por el contrarió, pese a su aspecto rudo, el otro siempre permitió este acercamiento incluso llego a gustarle esta "dependencia molesta".
Siempre creí, que si alguno de los dos se enamoraba del otro sería Iwa de Toru. Me sorprende saber que es al contrarió. Aun que no puedo negar que nada me gustaría mas que Iwa de cuñado.
- ¿Crees qué soy asqueroso por qué me guste un chico? - preguntó con gran inseguridad, si hay algo que odie es verle decaído.
- No lo se, ¿Yo lo soy por gustarme también los tíos? - el negó - entonces supongo que no - lo abrace. - Te podré decir asqueroso por muchas cosas, pero por tu sexualidad nunca, no le veo lo malo a que te gusten los chicos.
- Me va a costar adaptarme - reí levemente para mirarlo.
- Vale es distinto a estar con una tía, pero quizás lo encuentres incluso mas divertido. Ahora lo importante es como hacemos para que Iwa confiese que te ama, porque estoy segura de que lo hace o hará - y es que por primera vez parece mejor resolver los problemas de los demás que los míos.
- Eso es imposible - suspiró.
- ¡Nada es imposible, siempre me lo has dicho así que no te contradigas ahora! - le pegué con un cojín comenzando una divertida pelea de almohadas, olvidando, de esta forma, nuestros problemas por el resto de la noche.
A la mañana siguiente me desperté tirada en el suelo, con una de las piernas de Toru encima mía. Algo molesta la aparte para sentarme y observarlo. Se veía relajado. Abrazaba uno de los pequeños cojines anaranjados, mientras murmuraba cosas sobre "Iwa-chan" y la baba escurría de su boca. Sin duda una imagen extrañamente graciosa.
Me levante en completo silencio para ir a buscar mi teléfono y sacarle una foto bullying. Siempre hacíamos lo mismo. Me quede unos segundos pensando en donde había puesto el cacharro, cuando recordé que mis cosas debían estar en la mesa de la cocina.
Rápidamente me dirigí a esta intentando hacer el menor ruido posible cuando escuche el timbre, si despertaban a Toru no podría sacar la foto. Suspire resignada y corría a abrir la puerta encontrándome con una cara de pocos amigos.
- Buenos días a ti también Iwa - rodé los ojos mientras el me analizaba - ¿Qué? - espete molesta por su silencio.
- ¿Dónde esta Toru? ¿También le has pegado a él? - ante esas preguntas abrí los ojos, ya habían esparcido el chisme. No sabía que responder, ese tono de reproche me había dejado sin palabras. ¿Qué le importaba a él?
- Creo que no eres quien para hablarle así a mi hermana Iwaizumi - Toru se coloco a mi lado, jamás le había visto tan serió. - ¿Qué haces aquí?
- Veo que no estáis enfermos - ¿Por qué están tan fríos? Hay algo que se me escapa - vine a traer tus deberes - nos mostró unos cuantos folios - estoy harto de ser tu chico de los recados.
- Hajime - esa voz - ¿Has terminado?
- Si - sonrió a la chica magullada que se colgaba de su brazo, así que su novia era ella. La misma chica a la cual había partido la cara por contarle verdades a medias a mi novio, bueno ex. - (Tn) - lo mire - no te quiero volver a ver cerca de ella.
- Hajime - hizo un puchero - no le hables así, fue mi culpa no debía acercarme cuando estaba alterada - sera falsa - no debe ser bonito ver como tu ex novio y su mejor amigo se golpean.
Iba a saltar cuando oímos un fuerte golpe contra la pared, provocando que giráramos a ver como Toru tenía su puño contra la misma. Parecía muy enfadado, o quizás solo estaba celoso de que esa chica se le pegara tanto al chico que le gustaba.
- Quiero que os vayáis ahora mismo de mi propiedad o si no - hacía mucho que no le veía utilizar ese tono amenazante - seré yo el que te golpee.
- Toru - susurre, así no va a conseguir nada.
- ¿Estas amenazando a mi novia? - parecía listo para soltarle una hostia. No quería volver a presenciar una pelea entre mejores amigos por mi culpa.
Debía parar esto, ya.
***
Al final he podido escribir el capitulo sin problema, he pensado en hacer un pequeño especial que ocuparía Viernes, Sábado y Domingo.
¿Qué os parece la idea? ¿Preferís otros días?
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