Captitulo 30. [Especial 6/8]

1.9K 191 28
                                    

- Anoche - comenzó a relatar Kuro tras un corto silencio - la bese, pero me terminó rechazando por ti - añadió mientras se levantaba para alejarse y girar sonriendo como si nada pasara - te ama a ti broh, no tengas dudas de ella - añadió para irse sin mas, siendo consumido por los rallos del sol.

- Le quieres ¿Verdad? - preguntó Bokuto tras ver como me quede observando como Kuro se iba.

- Es mi mejor amigo, claro que le quiero - lo mire sonriendo tristemente - lo siento Kotaro, me debí haber ido contigo anoche así no hubiéramos llegado a esta situación.

- Lo entiendo - comento mientras miraba al cielo - me duele, y no sabes cuanto, pero no culpo a Kuro por enamorarse de ti, ni tu de él.

- Yo no... - no me dejó terminar por la mirada que me hecho.

- Te gusto ese beso, ¿Cierto? - calle ante sus palabras, no quería mentirle pero tampoco decir la verdad - debes aclarar que sientes o al final acabaras haciéndote aun mas daño - añadió mientras se levantaba para mirarme a los ojos con una sonrisa triste - hazme saber tu respuesta cuando lo sepas, te amo (Tn) eres la única para mi y para él - con lentitud comenzó a irse por el mismo camino que Kuro.

- ¿Cuándo te volviste tan maduro? - susurre con los ojos empañados en lagrimas. 

Soy una idiota, les he echo daño a los dos. A las dos personas que mas amo. No, no he dañado a dos personas. También hice daño a Haruka, parece que solo se hacer eso.

- Necesito aclarar mi pensamiento - me levante para coger mi sudadera y salir fuera de la institución.

Con paso lento camine calle tras calle, sin rumbo fijo. Tras un largo camino llegue hasta un lugar que conocía muy bien, básicamente me había criado en este sitio.

No se que impulso me hizo cruzar las puertas de aquel lugar al cual prometí nunca volver, las pista de patinaje.

- Aun no hemos abier - no terminó la frase cuando me gire a verlo, era el hijo del dueño, un viejo compañero - (Tn)-san - comento sorprendido - ¿Qué haces aquí?

- Necesito... pensar - susurre sin saber muy  bien que decir - han ocurrido muchas cosas en poco tiempo.

- ¿Tiene que ver con tu labio? - preguntó señalando el corte.

- En parte si - suspire insegura - ¿Puedo quedarme? Por los viejos tiempos.

- Aquí siempre eres bienvenida ¿Quieres unos patines? - negué, no quiero volver a la pista no se porque vine hasta aquí. - Ven conmigo - ordeno abriendo la puerta que conectaba la sala de espera con el mostrador, provocando que le siguiera por unas escaleras las cuales llevaban a la segunda planta, un pequeño almacén con un saco de boxeo al final. - Siempre que no se como seguir descargo mi ira contra él, puedes desahogarte yo preparare la tienda - añadió para irse por donde llegamos.

Con algo de inseguridad me desplace por el antiguo piso de madera, recorriendo el lugar para terminar en el saco de boxeo. Este se encontraba algo magullado, pero aun lucia nuevo, quizás no lo había utilizado mucho o, por el contrario, lo compro hace poco y lo ha utilizado bastante. 

Suspire para quitarme la sudadera y comenzar a golpear el saco, inicialmente lo hacía con algo de miedo, como si se pudiera a romper. Pero poco a poco los recuerdos que me habían atormentado durante años, pese a estar bien escondidos en mi mente, comenzaron a salir a flote. Provocando que cada golpe fuera más fuerte que el anterior, cargado de toda la ira contenida que escondía. Cada sonrisa falsa se transformo en odio, todo el odio que he escondido durante años.

Sin darme cuenta, las horas fueron pasando mientras golpeaba aquel saco. Mis manos se hallaban cubiertas de quemaduras y sangre debido a la fricción de cada golpe, pero no podía importarme nada, era la primera vez que conseguía desahogarme de tanto dolor.

- Si sigues así acabaras en el hospital - comentó el dueño apoyado en la barandilla mientras me miraba fijamente - hacía mucho que no te veía Oikawa-san, veo que has estado bien - comentó mirando mis manos - sera mejor que te curemos antes que se infecte, vamos.

Aun agitada cogí mi abrigo para bajar las escaleras e ir a la pequeña enfermería que había al lado de la pista, por si alguien se lastimaba. Una vez dentro me senté en la camilla para dejar que el hombre, algo mayor, me curara y vendara las manos.

- ¿Cómo va todo en Miyagi? - comenzó una conversación simple, ignorando el hecho de que me hubiera lastimado, el siempre había respetado mi espacio.

- Es distinto a Tokyo, pero se esta muy bien - respondí mirando como se movían sus manos sobre las mías - me lo paso genial con mi hermano y su mejor amigo, y aun que papa no puede pasar tiempo con nosotros por el trabajo, siempre viene en los momentos importantes para estar a nuestro lado - me encogí de hombros - no me puedo quejar.

- Eso esta muy bien - sonrió - lista - añadió una vez termino con el vendaje - sabes como cuidarlo, ¿Cierto? - asentí - vamos, Akihiko esta practicando y parece que esta frustrado con una parte, quizás le venga bien tu ayuda.

"La diosa del Voley" (Haikyuu Y Tú)Where stories live. Discover now