Regalo

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Erik siempre había querido una familia, por lo que había tenido mucho tiempo para imaginar lo que haría, se imaginó siendo el proveedor de la casa y el protector invencible. Charles era el único que sabía de estas ideas suyas, y le parecía que cumpliría con su rol estupendamente, lo que le hacía cuestionarse que era lo que su marido estaba haciendo todas las tardes en aquel cobertizo improvisado en su patio.

Erik pasaba allí horas y siempre regresaba sudando y ligeramente cansado.

Charles continuamente preguntaba por aquel secreto y Erik siempre lo distraía con algún mimo, juego o cualquier otro tema de conversación. Logan tampoco sabía que estaba tramando, pero estaba cansado de que Erik lo enviara a comprar cosas, como si fuera su nuevo mayordomo.

Hasta que un día Charles estaba lo suficientemente impaciente como para decidir ir a visitarlo, con la excusa de llevarle comida y agua.

Con mucho trabajo camino hasta el cobertizo pues su vientre estaba ya en el punto máximo de crecimiento, haciéndole ir más lento y que se agotara con mayor facilidad.

- Erik, te traje algo ¿Puedes abrirme? – tras la puerta escucho sonidos de metales cayendo y posteriormente vio a Erik asomándose por la puerta, usando una camiseta de tirantes que dejaba al descubierto sus musculosos brazos.

- No creas que no sé lo que estas intentando – comento sonriendo antes de recibir en sus manos la charola con lo que sería su comida.

- No puedes culparme por intentarlo – sonrió inocente aun buscando ver de alguna manera, pero el cuerpo de Erik cubría la entrada.

- Ya que veo que no pararas de insistir, puedes verlo, aunque quería que fuera una sorpresa – se hizo a un lado para dejar que entrará y lo que Charles vio allí le robo el aliento por un segundo.

En medio de esa pequeña habitación había dos cunas de madera tallada, en su interior había dibujos de delfines y pajarillos finamente tallados, en el piso había hollín y herramientas tiradas por doquier.

- ¡Oh por Dios! –se cubrió con las manos su boca intentando contener el llanto.

- Las hice a mano, ¿Qué te parece? – le abrazo por la espalda y Charles no podía hablar de lo conmovido que se sentía, por lo que mejor decidió expresarlo besándole con mucho amor.

Cada día se convencía más de que no puedo haber escogido mejor esposo que Erik.


Cherik {Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora