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Valentín

Salí de la casa de Mateo sin decir despedirme de nadie. Después de ver a Sol comiendose a otro me empece a sentir mal. Pero no podía hacer nada, los dos estabamos solteros y no podía reprochar nada.

Ahora está todo claro, no hay chances de que volvamos a estar juntos y voy a aceptarlo.

Saqué mi celular y la deje de seguir en todas las redes, también la borré de mis contactos. Aunque me sabía su número de memoria.

Empecé a caminar, quería pensar y enumarar todo lo malo que había pasado con Sol, para intentar disminuir lo que sentía. Pero no funcionaba.

No podía odiar a Sol porque no me amaba.

No sé cuanto caminé pero terminé frente a una heladería. Afuera estaba Emilia sentada en el piso, tomando un batido y mirando su celular.

Desde que vi a Sol besándose a otro tuve una duda. ¿Emilia la había visto?

-¿Qué haces acá?- pregunté, ella se asustó, cuando me vio su cara cambió, que cara de orto.

-Mira, no tengo ganas de aguantarte ahora, la calle es pública y puedo estar acá. Dejame tomar tranquila mi batido porque por tu culpa me va a caer mal- Estaba muy enojada, y quizas con algo de razón.

-¿Por qué no querías que entre a la casa? ¿Qué querías decirme?- tenía que confirmar lo que pensaba y si era como yo creía le debía una disculpa.

-Nada, no tiene sentido ya paso- miró el celular y escribió ignorandome, entonces se lo saqué de las manos.

-La viste, por eso no querías que entre- me sacó el celular de las manos y se levantó.

-No se de que me estás hablando- que detestable es que no te miren a los ojos.

-Si sabes Emilia, Sol se estaba comiendo a otro y vos me querías frenar para que no los vea. No tenes que meterte en mis cosas. Pero te tengo que pedir perdón por como te traté, no querías hacer nada malo- se reía, pero esa risa era más falsa que los sentimientos de Sol.

Auch.

-Deja, ya fue. Igual como dijiste no es mi problema. Me voy- empezó a caminar y la seguí- ¿Qué querés?- giró a verme.

-¿Te vas sola con lo tarde que es? - no parecía muy seguro lo que estaba haciendo y por más que no me agrada no podía dejar que se vaya sola.

-Vivo a tres cuadras, siempre voy y vengo sola, así que no te molestes. Que haya tenido la buena intención de ahorrarte el sufrimiento no significa nada. No me debes algo ni nada de eso- ella siguió caminando y sin importar lo que pensaba caminé detrás de ella.

-No te debo nada, lo mejor que podías hacer era dejarme entrar a la casa. Por lo menos me sirvió de cachetada, a ver si aprendo- no me respondió.

¿Por qué habla con todos y conmigo no?

-Si te vas a largar a llorar o algo así prefiero evitarlo, no quiero meterme en dramas amorosos- caminaba muy rápido, tuve que correr para alcanzarla.

-No me voy a largar a llorar, ya pasé esa etapa- la escuché reír.

-No entiendo, si los dos están enamorados que hacen separados- frenó y me miró.

-Nadie dijo que los dos estamos enamorados- ella sonrió.

-Vos estas enamorado, eso no se puede discutir y Sol hoy me quiso sacar información para ver de donde te conozco. Hasta me preguntó si salías con alguien- la miré sorprendido.