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El joven espadachín de abastos cabellos azabaches se encontraba en medio de una misión

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El joven espadachín de abastos cabellos azabaches se encontraba en medio de una misión.

Mmm...preferiría que mandaran a una hermosa cazadora para acabar conmigo —la voz del demonio sonaba burlesca mientras su larga lengua similar a la de una serpiente se deslizaba por sus negros colmillos—. De ese modo podía divertirme con ella por un rato —rió mientras dejaba el cuerpo humano a medio comer—. Las cazadoras de demonios tienen un hipnótico sabor. De sólo imaginarlas hace que me tiemble el cuerpo —dijo dejando a la vista el cuerpo inerte de una mata demonios.

El muchacho no dijo ninguna palabra y tan solo se dedicó a cazarlo, lo persiguió con agilidad al verlo saltar por los techos de las casas. Aún no había desfundado su katana azulada. Aquel comentario había producido enojo en su persona, se recordó de Seiza y se negó en dejar con vida a ese despreciable ser.

Eres ágil, pero no tan rápido —se burló deteniéndose y sacando sus largas garras—. Acabare contigo, de ese modo enviaran a otros cazadores —rió mientras saltaba hacia él, pero el cazador lo esquivaba de forma constante—. Y seguiré haciéndolo hasta que me encuentre con una apetitosa cazadora, y pueda disfrutar de ella —volvió a atacarlo esta vez a una mayor velocidad, se encontraba justo arriba suyo con las garras a centímetros de su rostro.

Concentración total —habló con calma realizando la técnica de respiración y liberando su katana— Respiración de Agua: Séptima Postura: Gotas de Lluvia Penetrantes 

Una puñalada rápida y precisa puso fin a la vida de aquel demonio, la postura que Tomioka había utilizado destacaba entre las otras por la rapidez en que se podía realizar.

Tu... —el demonio cayó al suelo decapitado mientras observaba los pies de su cazador—. Maldito cazador... —decía de forma entrecortada.

El solo lo observó con frialdad mientras en su mano su espada brillaba con la luna de aquella noche. Oía al demonio quejarse y pedir perdón por todo lo que había hecho y a cuantas personas había asesinado.

Ninguno de tu especie merece el perdón —dijo con amargura y incrustó su katana en la cabeza del demonio acelerando su muerte.

—Ninguno de tu especie merece el perdón —dijo con amargura y incrustó su katana en la cabeza del demonio acelerando su muerte

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 𝓐𝓼𝓽𝓻𝓸𝓼 ||ᴛᴏᴍɪᴏᴋᴀ ɢɪʏᴜ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora