↬ᴅʀᴀɢÓɴ ʙʟᴀɴᴄᴏ-ᴅʀᴀɢÓɴ ɴᴇɢʀᴏ🐲❤ [ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ]

Capítulo 1: Dragón Blanco.

10 años después...

SeokJin se encontraba acostado sobre la verde vegetación alrededor de un río, disfrutando de la suave brisa sobre la piel desnuda de su rostro y brazos, cualquiera que lo viese en ese momento podría considerarlo un ángel, con su estatura de 1.79 mts., su piel blanca y tersa, contrastaba con el blanco pulcro de su cabello y el azul marino de sus ojos, sus labios abultados con un color carmesí natural, una nariz fina y unas mejillas levemente sonrojadas por la brisa, todo en él irradiaba una perfecta hermosura, su cuerpo era de complexión delgada, pero con músculos marcados por su naturaleza de líder, algunos en su clan lo veían como alguien débil, ya que era una persona bondadosa, amable y siempre respetuosa con sus semejantes, le gustaba ayudar a los humanos ancianos cuando cargaban sus cosechas, siempre con una hermosa sonrisa y sin esperar algo a cambio, esa era la forma en que su clan lo describía, para otros, esas eran las mejores cualidades del futuro rey del imperio para que puedan seguir manteniendo la armonía, así como hasta hoy.

— ¡SeokJin! -Llamó un joven de cabellos blancos asemejando un leve tono platinado que se dirigía al joven seguido de un niño más pequeño.

— ¿Qué sucede, Nammie? -Contestó SeokJin sin abrir sus ojos hacia su hermano menor NamJoon.

—Papá está buscándote por todos lados, así que creíamos que te encontraríamos en tu lugar secreto ¡Jinnie! -Respondió el más pequeño de los tres, lanzándose sobre el pecho de su hermano mayor buscando mimos.

—TaeTae ya no eres un niñito, ¡Pesas! -Le dijo el mayor entre risas mientras acariciaba el cabello blanco de su hermanito mientras éste le miraba con sus ojos azulados así como los de él, con un tierno puchero en sus labios rosas.

—Sigo siendo tu bebé, hermano. -Contestó con una sonrisa cuadrada a lo que sus dos mayores sonrieron por la ternura del menor.

—Bueno ya, Jinnie, papá en serio te busca, debes presentarte con él antes de que se enfade ¡Y nos castigue! -Dijo el segundo mayor dedicándole una mirada de súplica a su hermano con sus preciosos ojos esmeralda.

—Ya, vamos entonces.

Así, los tres se dirigieron al castillo donde vivían, exactamente al despacho de su padre, que seguramente, buscaba al mayor de los hermanos Kim, para comenzar con su entrenamiento, ya que habían escuchado que el clan enemigo estaba expandiendo su territorio de forma rápida y ellos debían estar preparados por si debían defender sus dominios.